El momento de la verdad

 

El presente sexenio se inauguró con una de las operaciones políticas más brillantes


El presente sexenio se inauguró con una de las operaciones políticas más brillantes, trascendentes y profundas que se han hecho en México en los últimos 30 años.

Y es que, habría que remontarse al año 1988 con lo mejor de Salinas y con lo mejor del PAN para recordar aquellos acuerdos que permitieron hacer grandes avances constitucionales que posteriormente marcaron el inicio de lo que significaría un cambio de partido en el poder sin traumas después de tantos años.

Aunque otra cosa muy distinta es saber para qué sirvió todo eso y qué hicieron los que tuvieron la oportunidad de consolidar el cambio.

El Pacto por México es, ha sido y debe seguir siendo histórico. A su amparo se aprobaron algunas de las reformas más importantes que el país ha tenido.

En México desde Vasconcelos y su revolución de cambiar balas por libros, y desde el “Tata” Cárdenas con su nacionalización del petróleo; la educación y el llamado oro negro forman parte de las señas identitarias nacionales.

Es bien sabido que la lucha contra la ignorancia y el hecho de haber profundizado en el tema educativo durante tantos años, al menos en intención, es parte de lo mejor que tiene la historia mexicana.

También se sabe que el petróleo es como la sangre del país. Aunque ahora Pemex y el sentido de la propiedad que nos inculcó el “Tata” Cárdenas se han ido diluyendo, evidenciando así uno de los síntomas de la pérdida del pulso nacional.

Porque nos estamos acostumbrando a vivir en un Estado que ha dilapidado, derrochado y muchas veces robado la propiedad nacional que representaba el crudo.

Ahora llegan las elecciones presidenciales y con ellas se han ido presentando las consecuencias de las grandes reformas que no sólo tuvieron que ser aprobadas por la Cámara Diputados y la de Senadores, sino que además tuvieron que ser votadas en la mayor parte de los estados para que adquirieran el rango constitucional requerido.

En ese sentido, la pregunta es muy sencilla: ¿los partidos políticos enfrentarán la elección del 2018 tomando en cuenta el juramento que hicieron para cumplir ese compromiso? O dicho de otra manera, ¿retrocederemos en el camino que ya hemos iniciado para quedar en ceros en temas tan importantes como la energía y la educación?

PAN, PRD y PRI, los partidos que firmaron el pacto -porque Morena es otra historia, no firmó y además se opuso desde el principio- están comprometidos por el país, por mantener y sostener las reformas que han impulsado. Por lo tanto lo menos conveniente sería que por un oportunismo o por una coyuntura electoral se obstaculizara la reforma educativa o la reforma energética.

@antonio_navalon