El regalo Trump

 

En el desorden de Trump hay muchas cosas que se van resintiendo


El mundo antes de Trump tenía un orden, bueno, malo o regular, pero al fin orden.

Ahora con Trump, no es sólo que el mundo se convierta en lo que a él se le ocurre entre las 5 y 6 de la mañana, porque da la impresión de que además de ser insensato, también duerme poco y tiene mucho tiempo para dinamitar las escasas cosas buenas que le quedan a este planeta.

Sino que además ya empieza a obtener el dinero para su muro, y es un muro que tal y como van las cosas en Estados Unidos, nosotros los mexicanos deberíamos hacerle como el chiste que se ha viralizado en redes desde el tiroteo de Las Vegas, para decir que se den prisa al levantarlo, porque son realmente peligrosos y cuanto menos vengan por aquí, mejor.

Pero la verdad es que en el desorden de Trump hay muchas cosas que se van resintiendo y que van presentando daños estructurales.

Aunque también es cierto que el presidente de EU sólo es el presidente, me explicaré. Él es la cabeza del Poder Ejecutivo, tiene prerrogativas y privilegios, pero al mismo tiempo hay elementos judiciales y legislativos que inevitablemente lo limitan y lo obligan a ser un hombre serio, aunque él no sepa lo que eso significa.

Curiosamente ahora la colaboración entre los militares mexicanos y estadounidenses se ha incrementado, mientras que el diálogo político entre ambos países atraviesa por su peor momento.

Y ni qué decir del intercambio de información privilegiada, ni qué decir de la cooperación judicial, o de esa figura dramática y peligrosa que significaron los testigos protegidos. Y es que, todo eso pertenece a una época en la que los dos países tenían diferencias, pero también tenían un objetivo en común que era mantener un orden en la relación bilateral.

Ahora ni sus negociadores, ni su secretario de Comercio, ni del Tesoro saben más de lo que saben nuestros secretarios de Economía y de Hacienda.

Puesto que ellos sólo saben que en la negociación del TLC importa tanto lo subjetivo como lo objetivo, y esperan que al final el dólar pueda reforzar lo que parece un contrasentido de nuestro tiempo, que sería anular las relaciones comerciales preferentes con nuestro país en forma de TLC.

En ese sentido, la noticia más positiva por nuestra parte radica en la contundencia y en la unidad del equipo negociador del TLC.

Y es que, no importa cuántas horas se pasen algunos de nuestros dirigentes llevando serenatas debajo de la ventana de Jared Kushner como última esperanza para México. Porque nuestros técnicos, los que tienen la responsabilidad de reactivar o cancelar el TLC no están embelesados, ni creen que su pase a la historia depende de que Kushner los quiera.

@antonio_navalon