El reto de Macron

 

Tiene el proyecto de crecer la economía de su país


El triunfo electoral de Emmanuel Macron se da justo en el que la economía internacional requiere reforzar el espíritu globalizador en materia financiera y comercial y no en la política “aislacionista” expresada por Donald Trump.

México tiene una oportunidad más para reforzar la economía con el país galo. La inversión de Francia en México asciende a 863.2 millones de dólares y es el noveno inversionista entre los Estados Miembros de la Unión Europea, representando 0.8 por ciento de la inversión acumulada.

Además, en el país hay unas mil 600 empresas con participación francesa, localizadas en toda la República, aunque mayormente concentradas en Nuevo León, Tamaulipas, Querétaro, Distrito Federal, Coahuila, Estado de México y San Luis Potosí.

Y es que datos oficiales revelan que de 2000 a 2014, el comercio entre México y Francia casi se ha triplicado, para alcanzar cinco mil 471 millones de dólares. En el mismo periodo, las exportaciones de México hacia Francia se han cuadruplicado y consisten primordialmente de productos de manufactura en el sector de las telecomunicaciones, dispositivos médicos, el sector energético y, con creciente importancia, el sector aeronáutico.

Y es que Macron tiene a partir de hoy, el proyecto de crecer la economía de su país ya que durante una década ha mostrado un crecimiento débil, un aumento del desempleo y una pérdida de competitividad. Incluso Macron está prometiendo una aproximación gradual, cuyo éxito dependerá de negociaciones con los sindicatos aunque no va a generar resultados inmediatos.

El programa económico de Macron, no eliminará la controvertida semana laboral de 35 horas, pero planea abordarla permitiendo a las empresas que negocien acuerdos ad hoc con sus empleados sobre horas de trabajo y compensaciones.

Quiere unificar los planes de pensiones de Francia al pasar a un sistema de puntuación al estilo sueco, en que los pagos se vinculen a contribuciones de los cotizantes durante su vida laboral. Con 39 años, Macron tiene un enorme reto y ello es darle una bocanada de aire fresco a uno de los países que no ha encontrado la fórmula ni el modelo de gobierno que lo estimule.