El secuestro

 

Se ha perdido la posibilidad de ser independiente por la desidia y la corrupción en Pemex


Actualmente, gran parte de los países dependen de dos aspectos fundamentales: de su independencia energética y de su capacidad para combatir la soberanía comunicacional.

En ese sentido, si el gas con el que calientas viene de afuera, estás en manos del que puede cerrar el gasoducto, y si la gasolina con la que te trasladas viene de afuera, estás en manos del que te la quiere vender.

En otros tiempos fuimos el país de administrar la abundancia, fuimos el país de Cantarell. Ahora seguimos siendo un país con un inmenso recurso petrolero, casi tan grande como la desvergüenza, la ineficiencia y la incapacidad de los que han tenido en sus manos la responsabilidad de Pemex, los mismos que le han ido arrebatando a México la posibilidad de ser independiente y autosuficiente.

El gasolinazo marca ahora un punto y aparte, puesto que fue –entre otras cosas– la mejor manera de eliminar competencias y llevar al secretario José Antonio Meade a un lugar donde pudiera reposar y darse cuenta de que él no le podría disputar la candidatura, ya no a Osorio, sino a quien elija Videgaray.

Pero la verdad es que en los últimos años México ha ido perdiendo independencia, porque el problema de las refinerías y la logística ha generado que dejemos de ser libres.

Y es que, si bien trayendo la gasolina desde el Golfo de México, considerando la incidencia que tiene el transporte en nuestros combustibles, nos cuesta lo que nos cuesta, imagínese si además tuviéramos que traerla desde un lugar más lejano.

En ese contexto, lo que tiene que saber el pueblo de México, es que ha perdido la posibilidad de ser independiente por la desidia, la corrupción, la ineficiencia y la falta de patriotismo de todos aquellos que durante muchos años dirigieron Pemex.

Y ahora tendremos que seguir presenciando ese viaje tan surrealista y absurdo en el que se traslada turbosina hasta el aeropuerto de Cancún –que tiene uno de los consumos más elevados de ese combustible en todo el país–, llegando primero por barco a Salina Cruz y después trasladándose vía terrestre por pipa a lo largo de mil 400 kilómetros para poder llegar a su destino.

Un viaje de más de 24 horas que nos hace entender por qué razón los conductores de pipas son los principales clientes de los centros que combaten las adicciones a las drogas.

Todo es una bomba de tiempo, todo puede acabarse en cualquier momento.

Sin embargo, nosotros a la hora de defendernos y de pedir respeto a nuestros mayores socios comerciales, tenemos que saber que al final del día dependemos de lo que ellos decidan y si en algún momento Trump decide cortar con el vínculo en el que EU es nuestro mayor proveedor de gasolina, México se frenará en tan sólo unos días.

Twitter @antonio_navalon