El segundo regalo de Francia

 

El hecho de que EU se retire del acuerdo de París significa la ruptura del status quo


Desde 1885 la Estatua de la Libertad ha sido un regalo de Francia para la humanidad a través del pueblo estadounidense, con la finalidad de conmemorar la amistad franco-americana y los 100 años de la Declaración de Independencia del imperio del norte.

Escuchando el reciente discurso del presidente francés Emmanuel Macron, tras el anuncio suicida de Donald Trump en el que aseguró que EU abandonará el Acuerdo de París, recordé con nostalgia que éste sería el segundo regalo que le hace el pueblo de Francia al mundo a través de Estados Unidos de América.

Y es que, destacó que hasta este momento EU no sólo ha sido un gran imperio, sino que también es un país referencial en términos de valores democráticos y de integridad frente al difícil camino de vivir de acuerdo con lo que se proclama por los seres humanos una vez que están en el poder.

Fue un discurso hecho desde el sentido de la globalidad y el reconocimiento de la influencia que tenemos todos los habitantes del planeta Tierra y del papel jugado por la primera potencia mundial en la conformación de nuestra historia, nuestro pensamiento y la tradición de nuestras instituciones.

De todos los crímenes contra la democracia perpetrados por el presidente Trump seguramente éste es el peor. Y es que, no hace falta ser un genio para comprender que volver a la barra libre de la contaminación y la destrucción climática significa apostar por el exterminio masivo de nosotros, de nuestros padres y de nuestros hijos.

Ahora dejando de lado las consideraciones geoestratégicas de lo que significa que EU le otorgue a China el papel que está teniendo en el mundo, e ignorando el hecho de que Trump ha resultado ser un alumno destacado para los intereses rusos, quiero concentrarme exclusivamente en todos los días de contingencia que hemos vivido y los que vamos a vivir a partir de este momento.

Porque el hecho de que Estados Unidos se retire del acuerdo no sólo significa la ruptura del status quo y de un compromiso que costó millones de vidas para poderlo alcanzar, sino también es negar lo evidente porque al planeta Tierra lo hemos ido perjudicando, pero sobre todo lo han hecho los países desarrollados en una jugada demencial que al final pagamos todos.

Macron le hizo el regalo a Trump, pero sobre todo le reiteró que a pesar de que el imperio y el emperador se equivoquen y se retiren sometiéndonos a días de tinieblas, es nuestra obligación seguir pactando no sólo para que el Sol pueda seguir saliendo, sino para que la humanidad entera no enfrente esa agonizante escena en la que simplemente resulte imposible salir todos los días a las calles.