¿El sexenio del empleo?

 

¿Esa creación de empleos ha sido suficiente?


En el sexenio de Salinas de Gortari (1988-1994) se crearon, en el sector formal de la economía, 1.77 millones de empleos. En el de Zedillo (1994-2000) 2.48. En el de Fox (2000-2006) 1.20. En el de Calderón (2006-2012) 2.31.

A lo largo de los cuatro años y medio transcurridos del gobierno de Peña Nieto (76.4 por ciento de su mandato) la creación de empleos en el sector formal de la economía fue de 2.84 millones, lo que le ha permitido al Presidente afirmar que su sexenio ha sido, y terminará siendo, el sexenio del empleo. ¿Lo será?

La primera pregunta que debemos hacernos es si esa creación de empleos, en el sector formal de la economía, ha sido suficiente. No basta comparar con lo que fue, sino con lo que debe ser. Para responder hay que analizar qué ha pasado con el desempleo.

Veamos. En el último trimestre de 2012 la tasa de desempleo fue 4.86 por ciento de la población económicamente activa (hombres y mujeres mayores de 15 años que buscan trabajo: si lo encuentran se vuelven población ocupada; si no lo encuentran, y siguen buscando, son población desocupada). Durante el primer trimestre de 2017 (todavía no tenemos los datos para el segundo trimestre), el desempleo fue 3.39 por ciento, el menor para cualquier trimestre de los ya transcurridos del gobierno de Peña Nieto, lo cual apunta en la dirección correcta.

La segunda pregunta que debemos hacernos es por la remuneración del trabajo, que debe alcanzar para, por lo menos, satisfacer correctamente las necesidades básicas, comenzando por la alimentación. Durante el último trimestre de 2012 la pobreza laboral (porcentaje de la población a la cual no le alcanza su ingreso para comprar la canasta básica alimentaria) fue de 39.8 por ciento. A lo largo del primer trimestre de 2017 fue de 38.9 por ciento, lo cual, nuevamente, apunta en la dirección correcta.

Por último: este relativamente favorable desempeño del empleo y la remuneración, ¿es gracias al gobierno o pese al gobierno?