Elección y tipo de cambio

El proceso electoral en Estados Unidos, que termina mañana con la elección presidencial, generó presiones, yo no diría sobre la economía mexicana, pero sí sobre el tipo de cambio peso – dólar, consecuencia, sobre todo, de la especulación que siempre aparece en tiempos inciertos (¿quién ganará: Trump o Clinton?) y frente a posibles amenazas (que gane Trump). Todo ello obedece a la lógica de la especulación, que no necesariamente tiene que ver con los fundamentos de la economía: el que se especule, por ejemplo, con el tipo de cambio, y el que ello ocasione la depreciación del peso frente al dólar, no quiere decir que, necesariamente, los fundamentos de la economía estén debilitándose, ocasionando un menor dinamismo de la actividad económica (menor crecimiento del PIB) y/o una mayor inestabilidad de la economía (mayor inflación). No necesariamente…

Para entender lo anterior hay que tener claro que la especulación, que el Diccionario de la Real Academia Española define como la “operación comercial que se practica con mercancías, valores o efectos públicos con ánimo de lucro”, se practica comprando algo a un precio igual a M con la intención de venderlo a un precio igual a M + N, obteniéndose así una ganancia igual a N. Definida así la especulación resulta que es parte esencial de la actividad comercial: todo comerciante, independientemente del bien o servicio del que se trate, compra a un precio de M con la intención de vender a un precio de M + N, y obtener una ganancia de N, enfrentando tres posibilidades: que el precio al que pueda vender sea igual a M + N, ganando N; que el precio al que pueda vender sea igual a M, saliendo tablas; que el precio al que pueda vender sea igual a M – N, perdiendo N.

La esencia de la actividad comercial es la especulación, misma que puede darse con cualquier cosa susceptible de ofrecerse y demandarse, y por ello de venderse y comprarse, divisas incluidas, especulación con divisas que tiene sus peculiaridades. Continuará.