Empresario delincuencial en Quintana Roo

 

Una de las pillerías de Fidel Guillén Arjona fue el almacenamiento de dos mil despensas


Sin lugar a dudas este país está viviendo una de las etapas más oscuras de su historia a causa de la carencia de probidad entre los principales miembros de nuestra sociedad. No tan sólo es el problema delincuencial, ahora también abona el abandono de los principios que le daban cohesión y estructura a los grupos empresariales que mueven y promueven la generación de utilidades a través de la fabricación de bienes y servicios. Por desgracia muchos de ellos decidieron abandonar el camino de la decencia.

Hay algo que los mexicanos tenemos que aceptar: la mayor parte de nuestra clase empresarial respeta los dictados de la ley y actúan dentro de los márgenes de la probidad, pero también es real que ahora tenemos grupos de empresarios que se mueven impunemente en el campo de lo delincuencial, y pareciera que para ellos no existen las leyes ni las sanciones. Estos elementos debieran estar encarcelados desde hace tiempo, y en Quintana Roo hay uno que se ha ganado una pésima reputación a causa de que su vocación por violar la ley.

Presuntos industriales del sur de ese bello estado, calificados así por los verdaderos industriales, eligieron como presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación a Fidel Guillén Arjona, un ejemplar que cuenta con los peores antecedentes, y convirtiéndose en cómplices de los actos delincuenciales que con brutal impunidad cometió durante el sexenio de Roberto Borge Angulo, ya que fue uno de los principales operadores de invasiones de terrenos que permanecían vacíos en el Parque Industrial.

Fue tanta la impunidad que le otorgó el ahora encarcelado gobernador, que en el parque industrial mencionado construyó bardas perimetrales y cunetas para evitar el paso de la mercancía de sus competidores. También se dio a la tarea de despojar a las comunidades indígenas, con engaños, de enormes extensiones de terrenos con vocación turística que detentaban desde tiempos ancestrales.

Poco le importó al señor Borge, quien por cierto realizaba lo mismo en los edificios más lujosos de Cancún, con el concurso y complicidad del presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.

Una de las recordadas pillerías de Fidel Guillén Arjona fue el almacenamiento de dos mil despensas que le mandó Borge para repartirlas en favor de Mauricio Góngora, pero tratando de ganar tiempo para negociar la inclusión de su esposa Adelaida Rivera en algún cargo administrativo, se pudrieron y tuvieron que ser tiradas a la basura.

Por eso los verdaderos industriales de Quintana Roo han decidido no militar en la Canacintra, y buscaron su inclusión en otros organismos empresariales.

Ante la caída del régimen corrupto de Borge, ahora el señor Fidel Guillén Arjona ha lanzado acusaciones al gobierno actual por no fomentar la reactivación económica del sur de Quintana Roo, y camaleónicamente se suma a los trabajos del Movimiento de Regeneración Nacional. No sé si el señor López Obrador esté dispuesto a recibir en sus filas a un desvergonzado delincuente que opera como empresario, que militó en el PRI, y cuando Carlos Joaquín triunfó en la elección de gobernador, intentó sumarse al PAN. Al tiempo.

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