En defensa del Ejército y la Armada

 

Soldados y marinos merecen todo el respaldo de los mexicanos


En esta temporada vacacional en la que los mexicanos por lo regular salimos a visitar diferentes partes del país, existe una institución que siempre se hace presente en cada uno de los lugares que integran el territorio patrio, o en esos espacios de diversión y entretenimiento, y también en playas, bosques, desierto, tundra y hasta en la
selva.

Cotidianamente están velando por nosotros, y no sólo para protegernos, sino para resguardar nuestra cohabitabilidad. Pero también están ahí para enfrentar a quienes se han convertido en nuestros mayores enemigos: esos hombres y mujeres que decidieron apartarse de la legalidad y que ahora son un verdadero dolor de cabeza para todos por su alta incidencia criminal.

Esos mexicanos a los que me refiero son aquellos a quienes denominamos el “glorioso Ejército Mexicano y la Marina Armada de México”, que siempre están dispuestos a sumarse a los trabajos que le sean encomendados por el comandante supremo de las Fuerzas Armadas del país.

Hace tiempo que ante la ineficacia de las autoridad es civiles en materia de prevención del delito y de combate a la criminalidad, el Presidente de la República decidió echar mano de las únicas instituciones que hasta ahora mantienen a salvo su integridad y la honorabilidad de cada uno de sus componentes para combatir a los narcotraficantes e integrantes de diversos cárteles que operan en cada una de las regiones a lo largo y ancho de este país.

Hasta ahora ninguna institución ha dado muestras de esa vocación de servicio como los soldados y marinos, y me parece que ha llegado la hora en que seamos los mexicanos agradecidos quienes salgamos a defenderlos como lo han hecho ellos con ese patriotismo del que siempre hacen gala en los momentos difíciles por los que ha atravesado la nación. Soldados y marinos merecen todo el respeto y respaldo de los mexicanos de todas las latitudes del suelo patrio.

Resulta patético escuchar los argumentos de aquellos que en sus ansias de hacerse de espacios políticos o de opinión se han echado a cuestas la tarea de denostar a nuestras Fuerzas Armadas simplemente porque así conviene a sus
fines políticos. Quizás esos ni siquiera se han tomado la molestia de analizar 15 páginas de una ley que han criticado hasta la saciedad porque así conviene a sus aviesas intenciones. De lo que finalmente se trata es de arrinconar a quienes sacan la cara por nosotros en los momentos de mayor agobio.

En ningún apartado de esa ley se establece la permisibilidad de matar como se ha dicho en encendidas arengas y libelos discursivos contrarios al régimen. Esa es una vil mentira que seguirán sosteniendo para envenenar las almas de los ignorantes, pero los mexicanos sabemos que el Ejército Mexicano es el único garante que tenemos para rescatar esa paz social de la que hemos gozado durante tantos años y ninguna mentira se colocará por encima de esa lealtad que han manifestado a México y a los mexicanos. Al tiempo.