EPN V: fracasos de Pacto y TLC y 2.2% promedio de PIB

 

Supuestos beneficios de la globalización de la economía


El periodo económico del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto comenzó con la expectativa del Pacto por México (PPM) con la segunda gran generación de reformas estructurales y terminará con el fracaso del Tratado de Libre Comercio con EU y Canadá, lo mantenga o deshaga Trump: una tasa anual sexenal promedio de PIB de 2.2 por ciento.

Con la euforia del PPM, las expectativas eran de auge. Los Criterios Generales de Política Económica para 2013, entregados a finales de 2012, señalaban una tasa promedio de PIB de 5 por ciento para 2018, con miras a que pudiera llegar a 6 por ciento; los CGPE para 2017 bajaron la expectativa a una media de 2.5 por ciento para el año próximo y con posibilidades de bajar a dos por ciento o menos.

La economía de las certezas se transformó en la economía de las incertidumbres. Los economistas pueden vender las mejores expectativas con uno de sus principales argumentos: “si todo permanece constante…”.

Sin embargo, la economía es el reino de las perplejidades donde nada, pero nada de nada, permanece constante. El sexenio del presidente Peña Nieto será el quinto del fracaso de las expectativas en torno de los supuestos beneficios de la globalización de la economía. México, en efecto, multiplicó por 10 las exportaciones, pero sin ningún efecto en la clasificación social.

La estructura de la desigualdad social sigue igual: en los 33 años de política económica neoliberal salinista 1984-2017, 80 por ciento de los mexicanos posee 48 por ciento de la riqueza nacional, en tanto que 20 por ciento de los más ricos se queda con 52 por ciento. Ni el neoliberalismo, ni el TLC, ni el Pacto por México han modificado esta desigual distribución de la riqueza.

En términos de largo plazo, el ciclo del populismo 1934-1982 el crecimiento promedio anual del PIB fue de 6 por ciento, en tanto que en el periodo del neoliberalismo 1983-2017 la tasa promedio anual del PIB ha sido de 2.2 por ciento con todo y TLC.

El último reporte del Inegi sobre el resultado de la encuesta ingreso-gasto, dado a conocer el lunes pasado, revela que 10 por ciento de los mexicanos más ricos tiene 23.6 veces más ingreso que el 10 por ciento de los mexicanos más pobres. El 70 por ciento de los mexicanos tiene poco menos del ingreso que posee 10 por ciento de los más ricos.

En la última evaluación del Coneval se consolidan las cifras de la estructura de la desigualdad social: sólo 20.5 por ciento de los mexicanos (24.6 millones de personas) tiene condición de “no pobre y no vulnerable”, en tanto que el 46.1% de la población (55.3 millones de personas) padece pobreza extrema y moderada, “pobreza de carencias”.

Lo malo de estas cifras radica en el hecho de que el tratado y las reformas estructurales no han recuperado la tasa de PIB del viejo populismo priista ya no queda ninguna reforma económica en el horizonte neoliberal. Es decir, esta estructura de desigualdad seguirá más allá de 2018 en tanto se mantenga el modelo neoliberal de desarrollo que consolidó Salinas de Gortari con el TLC.

En su campaña del 2000, Vicente Fox prometió una tasa de crecimiento promedio del PIB de 7 por ciento, un punto arriba del promedio del ciclo priista anterior, y no cumplió. Y el PRI regresó a la presidencia con el compromiso de recuperar el bienestar perdido y tampoco cumplió.

Las últimas cifras del Inegi revelan que la desigualdad social de México está peor porque sigue igual.

Política para dummies: La política es la habilidad para distraer a los ciudadanos con el circo del poder.

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