En Francia, revés a lo Trump

 

El rechazo al modelo de Donald Trump en Francia fue total


El triunfo del candidato Emmanuel Macron, sobre la ultraderechista Le Pen, marcó en la segunda vuelta del pasado domingo una página en la historia gala, con un presidente ajeno a los tradicionales partidos políticos de la quinta República y dejando al octavo presidente en un joven de 39 años, empresario, inversionista banquero, convertido de secretario de Economía en el último equipo de François Hollande a presidente de Francia.

Así, con dos votos contra uno, triunfó la política de apertura comercial de Francia al mundo, contra el cierre de fronteras, la política antiinmigrante, el aumento de 10 a 30 por ciento de los impuestos a productos que se vendieran en Francia y un férreo desprecio por los musulmanes como reacción a grupos terroristas, pero tomando a la población de esa religión con un rasero general y olvidando que en Francia viven 7.5 millones de mulsulmanes. Además del intento por dejar la Unión Europea.

El rechazo al modelo de Donald Trump en Francia fue total, y lo mismo ocurrió en Reino Unido con el Brexit, que tiene ahora en serios apuros a los bancos, sobre todo porque a la salida de la zona Euro, los conflictos entre pagar operaciones financieras en libras esterlinas y las pendientes en Euros son de compleja solución.

Lo cierto es que la primera gira de Macron será a Alemania, donde Le Pen quería levantar un muro y, ahora, el joven presidente de Francia buscará ampliar los lazos comerciales y estratégicos en materia de seguridad.

Una parte destacable fue el alto abstencionismo en las urnas, calculado en 25 por ciento de los votantes; quienes se convencieron que en esta elección expresaron con el sufragio el rechazo a los partidos políticos tradicionales y a sus candidatos, que no alcanzaron la votación que les permitiera participar ni siquiera en la primera vuelta electoral.

Lo anterior, es para que en México, se haga una reflexión de las similitudes de propuestas de Le Pen, perdedora y del hartazgo a los partidos políticos tradicionales, desgastados y con nula credibilidad.