Gobernantes débiles que no ayudan mucho a los candidatos

 

Los aciertos y omisiones de un gobernante en turno afectan a los candidatos


De acuerdo con la encuesta de encuestas elaborada por la empresa AZ2, sólo 21 por ciento de los mexicanos aprueba la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, sólo 18 por ciento opina que el rumbo del país es bueno y, peor aún, una aplastante mayoría, 60.7 por ciento, opina que el presidente no ha hecho nada durante su administración, que no tiene acierto alguno.

Estos números, obviamente, tienen efectos negativos sobre el candidato presidencial del PRI-PVEM-Panal, José Antonio Meade, quien es percibido por el público como el abanderado del grupo político en el poder, el cual, si llega a la Presidencia, mantendrá en vigor las políticas y programas del actual gobierno y se rodeará de muchos de los que pertenecen a la administración de Peña Nieto. Lo quiera o no, él debe pagar los fracasos reales o percibidos del presidente en turno, que llegó al poder después de ser postulado por los mismos partidos que ahora lo hicieron su candidato.

Ahora bien, en los estados del país, la imagen del gobernador en turno también afecta, para bien o para mal, al candidato presidencial que haya postulado su partido.

Por ejemplo, los gobernantes perredistas de Morelos y Tabasco son los peor evaluados de acuerdo con la Encuesta nacional 2017 realizada por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE). La gestión del primero, Graco Ramírez, sólo es aprobada por 14.1 por ciento de los morelenses, mientras que la del segundo, Arturo Núñez, apenas es aprobada por 16.7 por ciento de los tabasqueños. Así las cosas, es lógico suponer que el candidato del PAN-PRDMC, Ricardo Anaya, difícilmente obtendrá una mayoría de votos en la elección del 1 de julio y que, desprestigiado como está Peña Nieto, tampoco a Meade le irá muy bien en ambos estados. Por eso, los analistas especializados en la política tabasqueña y morelense aseguran que el candidato de Morena-PT-PES, Andrés Manuel López Obrador, ganará en ambos estados. Y no sólo eso, los candidatos de dicha coalición también ganarán las gubernaturas, Cuauhtémoc Blanco en Morelos y Adán Augusto López Hernández en Tabasco.

Existe un puñado de estados donde la buena evaluación de gobernante local ayudará al candidato presidencial de su partido. Por ejemplo: 53.8 por ciento de los queretanos aprueban la gestión de su gobernador panista, Francisco Domínguez, lo cual ayudará a que Anaya obtenga una mayoría de los votos emitidos por los queretanos.

En Yucatán, la alta popularidad del gobernador priista Rolando Zapata, quien es bien evaluado por 62.8 por ciento de sus paisanos, contribuirá a que Meade y el candidato del PRI a la gubernatura, Mauricio Sahuí Rivero, puedan ganar en ese estado.

Como nunca antes, los aciertos y omisiones de un gobernante en turno afectan positiva o negativamente a los candidatos que postula su partido. Ya era hora que así fuera.