Guerrero, en caos

 

Guerrero está herido de violencia y de pobreza


Las cosas no andan bien en el país, y Guerrero  se está convirtiendo en un caos. Históricamente la entidad suriana se ha distinguido por la bravura de sus hombres y la estoicidad de sus mujeres.

Los pobladores se sienten orgullosos porque en su territorio se libraron muchas de las batallas que le dieron gloria al ejército libertador durante la Guerra de Independencia.

Además, en Chilpancingo se reunieron los pensadores de la época para realizar el primer esbozo de una norma constitucional plasmada en Los Sentimientos de la Nación.

A pesar de todo su pasado plagado de heroicidad, el pueblo guerrerense nunca ha podido salir de su postración y menos de su pobreza.

Cuenta con siete regiones, cada una disímbola de las demás, pero si algo las distingue es que sus hombres y mujeres se levantan ante cualquier provocación para enfrentar con valentía a quienes se atreven a romper su tranquilidad.

Las injusticias se alivian con las armas, y de eso pueden dar cuenta quienes se involucraron en el Movimiento Cívico Guerrerense que terminó convertido en guerrilla encabezado por Genaro Vázquez y Lucio Cabañas.

Hoy las cosas no están bien pese a que lo gobierna un buen hombre: Héctor Astudillo.

Y no están bien porque la Federación se ha olvidado siempre de impulsar industrias alternas al turismo y a la siembra de temporal, que son la principal manutención de sus habitantes.

Por eso la pobreza se ha asentado en regiones como La Montaña, y la violencia en casi todo el territorio estatal.

Todas sus regiones son lugares de hombres bravos y mujeres industriosas.

La violencia actual encuentra orígenes en esa maldita costumbre de dirimir las cosas por medio de las armas, y las bandas del crimen organizado se sienten bien haciendo su negocio en territorio violento porque con ello encubren sus fechorías.

Los operativos de la Federación han resultado insuficientes porque nunca se ha atacado la raíz del problema que no es otra que esa maldita pobreza que se enraizó desde siempre por la falta de infraestructura.

Hoy quienes habitan sus siete regiones la están pasando mal y de malas ante la poca eficiencia de las autoridades federales para amainar la violencia y la febril actividad que desarrollan un día sí y otro también las bandas criminales, sembrando el terror y la muerte.

Guerrero está herido de violencia y de pobreza, pero a los hombres y mujeres del poder en el centro del país parece no importarles porque están más ocupados haciendo sus proyecciones para conservar el gobierno, aunque el país se les vaya de entre las manos.

Qué lamentable realidad para una patria agobiada por el crimen organizado en todo su territorio. Al tiempo.