Haciendo olas

México entero espera. ¿Qué pasará la próxima semana en la Asamblea Nacional del PRI?

Aunque francamente yo creo que sólo hay dos aspectos importantes en torno a ese evento.

El primero, es que el Partido Revolucionario Institucional es una facción política de Estado y lo acepte quien lo acepte, o le moleste a quien le moleste, hay que reconocer que el México moderno que vivimos, que disfrutamos y que sufrimos -con todo lo bueno y todo lo malo- es un producto made in PRI.

Y el segundo, es conveniente saber que esa situación involucra al actual portador de la banda presidencial, y es que debemos ser realistas y entender que cualquier Presidente en su último año de mandato es siempre un moribundo histórico.

Entonces si la gran pelea se va a dar para que el Presidente no pierda su derecho a nombrar a su sucesor, entonces el partido tendrá que aquilatar mucho mejor su responsabilidad frente al país con su lealtad frente al Presidente.

En ese sentido, para mí la gran pregunta es: ¿sobrevivirá el PRI al hecho de convertirse en un partido de Estado sin poder?

Porque en el año 2000 el tricolor perdió la Presidencia pero no perdió el poder. Y es que, el poder en política es presupuesto y el presupuesto siguió en mayor medida en manos del PRI.

Es más, ni siquiera fue necesario que llegáramos a celebrar unas elecciones intermedias para que el Poder Ejecutivo de Vicente Fox en aquel momento aconsejado por su canciller, Jorge Castañeda, fuera beligerante en la elección interna de la Presidencia del PRI y se decantaran por apoyar a Roberto Madrazo y a Elba Esther Gordillo frente a Beatriz Paredes.

Esos son los hechos y en este momento es importante saber que salvo el Estado de México y Jalisco, el PRI ha ido perdiendo elección tras elección a los grandes estados.

Eso es lo que resultará verdaderamente novedoso en la próxima 22 asamblea, donde además quedará de manifiesto la colisión que demostró el año pasado durante las elecciones de algunos gobernadores, que a estas alturas el acarreo, la despensa y los 500 pesitos ya no son suficientes.

Y como ya no hay más, sería oportuno crear un partido político que de verdad esté cerca del pueblo, no sólo para resolver el tema de la despensa, la casa o el abrigo, sino para encarnar realmente las ilusiones y las necesidades del cambio.

¿El PRI cambia o lo cambian? Pero sobre todas las cosas no hay que dejar de lado la gran pregunta que surge entre toda esta situación: ¿sobrevivirá el PRI a una realidad sin poder?

@antonio_navalon