Izquierda extraviada

 

Los modelos de izquierda no aportan al avance democrático


Siempre he pensado y opinado que a México le hace falta una izquierda moderna, profesional, propositiva y de avanzada. Por desgracia todos los modelos de izquierdas que cuentan con registro en toda la geografía electoral del país no tienen nada que aportar al avance democrático, y sí muchas causas y procedimientos anquilosados copiados de las peores expresiones de izquierdas que existen en el continente. Es lamentable que en su búsqueda de apoyos y financiamiento externo, todas se hayan coludido con el régimen bolivariano.

El Partido del Trabajo tiene dueño, también Movimiento Ciudadano, y ni qué decir del Partido de la Revolución Democrática cuyos dirigentes están destinados a obedecer las consignas que determina el llamado grupo de “Los Chuchos”, integrado por Jesús Ortega y Jesús Zambrano, y la coadyuvancia dirigencial del primer círculo donde se incluye a Guadalupe Acosta Naranjo, Carlos Navarrete, Fernando Belaunzarán, entre otros. Ha sido un grupo tan cerrado, que ni Cárdenas ni López Obrador lograron apoderarse del partido.

El Movimiento de Regeneración Nacional cofundado por el tabasqueño, sufre la misma metamorfosis que las demás expresiones de la izquierda: mientras tengan dueño no habrá democracia. Por eso señalo que a este país le hace falta una izquierda que se parezca más a las expresiones europeas y no a los modelos anquilosados en la parte sur del continente, que han sido un verdadero desastre administrativo, y expresiones inacabadas del perfeccionamiento dictatorial de hace 50 años.

Pero en México las cosas no han ido bien ni con los perfiles ideológicos ni con la probidad. Hace cerca de 20 años el propio Partido Revolucionario Institucional perdió la oportunidad de hacer alianza con el Partido Socialista Obrero Español, cuyos dirigentes mantuvieron contactos de alto nivel e incluso participaron en las discusiones previas al desarrollo de la decimoctava Asamblea Nacional, que fue considerada como la “dictadura de las masas” por el peso de la militancia en la discusión del modelo de partido y el perfil ideológico.

Las izquierdas en el país tienen mucho de enunciados progresistas y verdaderas prácticas de derecha.

El problema es que sus principales dirigentes carecen de principios y con lo que mejor les ha ido ha sido el modelo de negocios con el reparto de prerrogativas en algunos, posiciones en otras y el manejo administrativo de los gobiernos que detentan. La Ciudad de México sigue siendo el mayor santuario, y la garantía de la generación de fondos para la operación política en diversas partes del país.

Sigo pensando que a México le hace mucha falta una izquierda de avanzada, e incluyente. La época del todo o nada ha quedado atrás, y Mexico requiere gobiernos de coalición que eviten la proliferación de camarillas de poder y negocios que hasta ahora hemos mantenido por ignorancia, y compra de votos a través de dádivas encubiertas en programas sociales. Sacudirnos esta circunstancia no resultará fácil mientras tengamos una sociedad carente de interés en la participación activa de la política. Al tiempo.

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