La democracia transada

Enviado por La Extra de Excélsior a las elecciones para gobernador de Nayarit, se habían cumplido las formalidades de campaña y no se esperaba mayor sorpresa que el improbable triunfo del candidato del PRI frente a Alejandro Gazcón Mercado, del Partido Popular Socialista.

Corría el año de 1975, Alejandro había sido munícipe mayor de la capital, Tepic, dejando un buen sabor a los habitantes. De allí la seguridad de que el PPS obtendría su primera gubernatura.

Pero el hombre propone, y el diablo descompone. Tras un día aburrido, todo estaba en calma, quedé de buscar en el hotel Fray Junípero al jefe de Prensa del PRI, Ernesto Nolasco.

Subí al último piso de donde salieron Porfirio Muñoz Ledo, presidente priista y Jorge Cruickshank García, líder pepesista, muy de la manita y sonrientes. No dudé: transaron.

Decidí no asistir a la cena acordada y me recluí en mi habitación a pergeñar una noticia especulativa. No había de otra. Al día siguiente apareció la versión de que se había decidido el triunfo tricolor pero, además, una senaduría para Cruickshank García.

Otra transa: Margarita Ortega Villa fue candidata al gobierno de BC. Era senadora, y el líder Antonio Riva Palacio, en forma casual, recomendó no involucrarse en ese proceso. Yo era jefe de Prensa del Senado.

Había sugerido la posibilidad de que los reporteros de la fuente, que la habían tratado largo tiempo, la acompañaran al destape oficial.

La señora, en respuesta insólita, dijo que no estaba dispuesta a repletar los bolsillos de los reporteros. Le informé que no era ése el trato en el Senado, que se sentía respeto por los informadores y no se les ofendía con situaciones como la que planteaba.

Llegó la fecha de los comicios, Luis Donaldo Colosio anunció la derrota de la candidata priista. Así fue como el PAN, con Ernesto Ruffo Appel, nacido en 1952 en San Diego, California, Estados Unidos, hizo su primera transa para una gubernatura.

Pocos años después encontré a Margarita en Villa Montaña, de Morelia.

Allí, ya enferma, con voz leve y triste, sólo dijo: don Carlos, me equivoqué…

No se olvide que Ernesto Zedillo, a las 14:00 horas, tenía preparado el anuncio de que Vicente Fox había ganado la Presidencia. Le impidieron quitarle tal derecho al PRI hasta entonces teóricamente en el gobierno, si suponemos que Zedillo tenía simpatía o militancia en tal partido.

Democracia a la mexicana…