La economía del EI

 

Saquean bancos, bases militares y casas de oficiales iraquíes


Donald Trump no tiene la menor duda que el atentado de ayer en Nueva York está detrás el Estado Islámico. Vía Twitter fue enfático: “Estados Unidos no debe permitir que los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) regresen o entren al país después de haber sido golpeados en el exterior”.

Este grupo extremista tiene una base económica que sostiene sus operaciones de terrorismo sobre occidente. Este grupo de mil cabezas se ubica en territorios de Irak y Siria. Según reportes, el EI vende petróleo sirio y expende gas. Además, percibe 2.5 por ciento del impuesto a la renta sobre los ingresos de las empresas locales y aranceles al transporte de carga que pasa por sus dominios.

Incluso acuña sus propias monedas y la población puede cambiar los dinares iraquíes o dólares por la moneda del califato. Además, ha creado en la ciudad de Mosul su propio Banco Central, que emite préstamos para diferentes propósitos.

Esa es parte de la economía del Estado Islámico. Entre sus movimientos ilegales se encuentran las confiscaciones y extorsiones en los territorios que están bajo su control.

Con la ayuda de un “ejército” de recaudadores de impuestos, reciben un porcentaje realizando ventas, saqueando bancos, bases militares y casas de oficiales iraquíes. Además, los bienes no militares se venden en mercados especiales, donde los terroristas además pueden adquirir productos a mitad de precio.

El terrorismo se filtra en la economía de manera muy bien articulada, por ejemplo, los mercados de valores pueden ser instrumentalizados para cometer y financiar actos delictivos. En concreto, existe la posibilidad de que los grupos terroristas aprovechen la información privilegiada acerca de los atentados para especular con derivados financieros que permitan maximizar beneficios, gracias a la baja de las cotizaciones con las que las bolsas suelen reaccionar ante los ataques terroristas.

Y es que cualesquiera que sean las causas que pretendan defender, cualesquiera que sean las injusticias a las cuales afirmen responder, el terrorismo no puede justificarse. Y en los países víctimas, los efectos suelen ser adversos, sobre todo en las economías. Lo que se advierte es que trae efectos directos sobre el crecimiento, particularmente si el turismo y los negocios se hacen más lentos.

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@drcamartinez