La esperanza frustrada

 

Enrique Peña Nieto, perdió la oportunidad de que los mexicanos nos uniéramos en torno suyo


Dicen que no hay plazo que no se cumpla, y como lo anunciara desde que le surgió la idea de presentar su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, su blanco favorito fue México y los mexicanos, a quienes por cierto nos endilgó una serie de dicterios que resultaron extremadamente ofensivos para nuestra dignidad como nación, provocando enervamientos colectivos que nos hicieron pasar malos momentos. Quizá nunca entendimos que esa campaña de odio podría terminar por llevarlo al triunfo, lo que finalmente ocurrió.

Ayer el señor Donald Trump, presidente de la nación más poderosa del mundo, dio muestras de lo que es capaz cuando de convertir la frontera norte en un infierno se trata. Sin más preámbulo anunció y firmó la orden de construir el tan mencionado muro que tantos votantes le generó entre la extrema derecha de su país, propiciando una crisis política en México, y seguramente el crecimiento de la ventaja que Andrés Manuel López Obrador tiene sobre los presuntos contendientes de los demás partidos.

Por cierto, en una muestra de madurez el tabasqueño mostró solidaridad con el presidente Enrique Peña Nieto, lo que también le propició el reconocimiento de propios y extraños. Sin lugar a dudas, ha madurado lo suficiente para comprender que su radicalización podría en estos momentos propiciar un rechazo del ahora mandatario estadounidense, desapareciendo cualquier posibilidad de alcanzar la Presidencia de la República.

La disyuntiva para Enrique Peña Nieto es caminar solo o caminar con propios y extraños en estos momentos de agobio para los azorados mexicanos que estamos viendo cómo se nos cae el futuro, y para ser sinceros, lo que menos podemos peder es nuestro intercambio comercial con el vecino del norte porque representaría una verdadera ruina para los empresarios y para quienes que dependen del maíz que compramos para que puedan tener la oportunidad de llevarse al menos una tortilla a la boca.

Pero también debo señalar responsablemente que veo a un Presidente de la República muy alejado de nuestras realidades y de nuestras necesidades de esperanza como pueblo y como nación. Muchos pensamos que ayer llamaría al establecimiento de la unidad, como se la ofrecieron distintos actores políticos afectos y desafectos, pero simplemente se limitó a señalar que el muro no es la opción, y que el Gobierno Federal mantendrá su firmeza.

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, perdió la oportunidad de que los mexicanos nos uniéramos en torno suyo para levantar la voz ante el poderoso y reclamar el injusto trato que estamos recibiendo del imbécil que llegó a la presidencia del país más poderoso del mundo. Nuestra necesidad de que alguien encabezara nuestros reclamos se fundieron con la desesperanza. Cuesta decirlo, pero creo que México y los mexicanos no tenemos ni tuvimos al líder que elegimos. No faltará quien llene el espacio vacío. Al tiempo.