La negativa fiscal

 

Los pobres todo pagan, los ricos todo lo pretenden descontar


El Fondo Monetario Internacional fue creado en 1944 sobre la base de un marco de cooperación económica destinado a evitar los ciclos de recesión económica a nivel mundial y de devaluación competitiva, los cuales fueron la causa de la Gran Depresión de la década de los 30 en el siglo pasado, y que aportó muchas causas para que estallara la Segunda Guerra Mundial. Lo que se buscaba era moderar los procesos económicos y evitar esos picos que generaron quiebras y ganancias desproporcionadas. Actualmente lo conforman 188 miembros.

El organismo multilateral hizo a México la propuesta para crear la figura de un Consejo Fiscal, que no es otra cosa que un órgano independiente que funge como asesor técnico en materia de finanzas públicas, deuda, presupuesto y responsabilidad fiscal. Este tipo de acuerdo ha sido utilizado por países como España, Paraguay y Perú. La pregunta que la mayor parte de los especialistas en materia fiscal se han hecho ronda en torno a la negativa de México para instrumentar la propuesta.

  Las razones son variadas y contundentes, pero hasta ahora las críticas que se han realizado a la dependencia tributaria es la discrecionalidad que ha tenido y mantenido en los últimos años para la condonación de créditos fiscales sin dar explicación alguna. Para decirlo de otra forma, hasta ahora los pobres tienen la obligación de pagar tributo por distintos canales que van desde el Impuesto al Valor Agregado, y las tasas que se imponen a los productos manufacturados y hasta los que vienen en la Canasta Básica.

Quienes han salido beneficiados son los ricos, porque la tónica de condonación fiscal o anulación de tasas impositivas del Sistema de Administración Tributaria ha sido recurrente y hasta cínica y clasista. Los miembros de la clase media tampoco se han visto beneficiados por la generosidad de la Hacienda Pública. La discrecionalidad de la entidad que tiene la facultad de recaudar y condonar ha sido conocida a través de los mecanismos de rendición de cuentas, porque la dependencia se había negado a hacerlos públicos.

Mientras la mayor parte de los mexicanos quisiera que las tasas impositivas fueran reducidas un poco, porque son los que mayormente aportan al tributo vía los productos que consumen y que en la mayor parte de las veces ya ha sido gravado por las propias expendedoras, los que siempre están reclamando descuentos y tratamientos especiales a la autoridad recaudadora son los que más tienen, y lo patético de esta circunstancia es que en la mayor parte de las veces la autoridad cede y concede.

Nuestras desigualdades son plasmadas aun en el trato diferenciado que la autoridad recaudadora prodiga a los que detentan la mayor parte de la riqueza. Los pobres todo pagan, los ricos todo lo pretenden descontar, y la ecuación de la injusticia se sigue presentando. No pagan más los que más ganan, pagan los que menos tienen porque deben consumir productos ya gravados. Ese es el mecanismo de nuestras disparidades, y eso explica la negativa de Hacienda para crear un Consejo Fiscal, porque ya no podría seguir beneficiando a los ricos que son los que garantizan a la clase política mantener gobierno. Así de simple. Al tiempo.