La rebelión de los caídos

 

El señor Anaya creyó que era suficiente con manipular a sus colaboradores cercanos


Si pensó que profundizando la caída de Enrique Peña Nieto en la aceptación ciudadana tendía libre el camino hacia la Presidencia de la República, se equivocó.

Y no es que el Presidente haya realizado algo extraordinario como para preocupar al señor Ricardo Anaya, dirigente de los blanquiazules, simplemente es que las ansias locas que trae encima para ser candidato presidencial ya molestó a otros grupos que se sienten con los mismos derechos, y por lo pronto ya comenzaron a descomponerle el panorama.

El señor Anaya creyó que era suficiente con manipular a sus colaboradores cercanos utilizando a Marko Cortés como el principal ariete para mantener a raya a quienes desde la Cámara de Diputados piensan que pueden incidir en el destino de la candidatura presidencial. Creo que midió mal el escenario y dejó que Felipe Calderón escogiera el campo para la batalla que vendrá en los siguientes meses y que seguramente será bastante cruda, porque lo que está en juego no tan sólo es la Presidencia de la República, sino el proyecto de reconstrucción del país.

Del señor Calderón se pueden decir muchas cosas, pero ninguna para dudar de su capacidad política y la experiencia que le dejó haber sido Presidente pese a la oposición de Vicente Fox. Para decirlo de otra manera, si el señor Anaya quiere irse solo, que no se le olvide que Calderón le ganó el proceso interno al señor Fox porque supo conservar a la mayor parte de los hombres y mujeres que en su momento movían a los grupos internos del partido.

Ricardo Anaya es el presidente del Comité Ejecutivo Nacional, pero no quiere decir que tenga amarrados al total de los comités estatales y municipales. Vale la pena recordar que lo que le valió a Calderón en la elección interna contra el foxismo fue esa circunstancia, su cercanía con la mayor parte de la militancia que aún sigue vigente en las regiones del país. Con toda seguridad Felipe ya midió las posibilidades de su mujer y sabe hasta dónde podría llegar con una buena negociación. Que el enemigo está afuera y que la responsabilidad histórica es ganarle al PRI y a López Obrador es solamente otra cita discursiva que no convence a nadie. Quienes conocen las entrañas del poder saben que de no ir en alianza difícilmente podrán preocupar al tabasqueño, y la única alianza ideológica sería que podrían construir es con los tricolores.

Por lo pronto el señor Anaya ya entendió que su partido tiene aspirantes mujeres que van en serio por la candidatura presidencial, y una de ellas es Margarita Zavala. Calderón supo ganarle a Fox, y no creo que le dure mucho el imberbe jovencito que piensa que ya cuenta con blasones suficientes como para enfrentar al ala dura de su partido. Anaya escoge mal a sus adversarios pretendiendo confrontar al Presidente de la República, sin entender que el enemigo está en su propio partido. Al tiempo.