La vieja y la nueva política

 

Ahora las redes sociales y las nuevas técnicas electorales se lo llevan todo


En esta ocasión habrá miles de millones de pesos para la campaña, como siempre. Y como siempre algunos de esos miles de millones de pesos se quedarán en los bolsillos indebidos.

Sin embargo, esta campaña es excepcional, porque a diferencia de las anteriores los medios de comunicación tradicionales tendrán poco por no haber significado nada o casi nada en los últimos años.

Y es que ahora las redes sociales y las nuevas técnicas electorales se lo llevan todo. Y el dinero que cabalga a la velocidad del viento, sabe muy bien que hoy muchos países ya no se gobiernan entre los conglomerados de la prensa, la radio y la televisión, sino que se gobiernan a golpe de Twitter y de confidenciales.

Pero eso no cambia la esencia, por una parte, de lo que se puede comprar y lo que está en venta y, por otra, de la forma en la que se irán volcando las diferentes opiniones. Por ejemplo, resulta espectacular la cabalgada que Meade y su gente están haciendo en las llamadas redes sociales.

Compran todo y a toda velocidad; es más, da la impresión de que la elección es en Facebook más que en las urnas y ahora busca tener un impacto y una capacidad de actuación en los medios que garantizan una aproximación importante con los más jóvenes, aunque aún no está probado cuántos de esos jóvenes se van a mover por las redes.

Pero como vienen a pelearse con la realidad y la realidad es lo que es, hoy el mundo se gobierna, repito, desde los tuits o desde los confidenciales.

En ese sentido, lo que es relevante es cómo se van a montar realmente las campañas, si los acarreos siguen siendo importantes –y yo creo que lo son y lo van a seguir siendo– y si las estructuras son mucho más concretas precisamente por estar concentradas en las redes sociales, aunque más difusas a la hora de saber cómo se va a poder implementar la distribución del mensaje presidencial.

Por lo tanto sólo hay un dato que hay que tener en cuenta: hoy más que nunca la personalidad de los candidatos y su capacidad para entender la nueva comunicación son aspectos clave.

Y es que, el estilo de Trump, independientemente de su perfil, no llegó para disolverse, llegó para quedarse, y él hizo algunas aportaciones importantes y modernas a las técnicas electorales.

Por ejemplo, su capacidad de mentir, su capacidad de inventar y de utilizar las fake news, han sido y seguirán siendo fundamentales en las próximas campañas.

Y, finalmente, la gran pregunta es: ¿ve usted posible que alguno de nuestros candidatos pueda hacer una exhibición de ignorancia, desparpajo y falsedad como de la que hizo gala Donald Trump?

@antonio_navalon