Lagarde y Trump

 

Parece que Christine Lagarde tiene un punto de vista muy peculiar de Donald Trump


Parece que Christine Lagarde tiene un punto de vista muy peculiar de Donald Trump. Incluso lo muestra como si tuviera dos facetas en términos económicos. En la parte financiera y fiscal, parece que la directora del Fondo Monetario Internacional lo ve con más capacidades que en materia comercial; el problema es que en un momento dado, las dos caretas se juntan.

Recientemente, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que aumentar las inversiones en infraestructura y sus probables reformas fiscales en el corto plazo impulsarán la economía de Estados Unidos. “Tenemos motivos para ser optimistas sobre el crecimiento en Estados Unidos”, afirmó.

Sin embargo, cuando Trump era precandidato señaló que las políticas dirigidas contra el comercio internacional amenazan con crear un peligroso movimiento proteccionista que afectaría aún más a la economía global. Incluso advirtió en esos meses: la imposición de nuevas barreras comerciales en cualquier gran economía del mundo puede tener efectos “desastrosos”.

Pero ahora, al analizar sus políticas financieras, se le ven oportunidades a Trump. O el trabajo que Trump comienza a trazar está bajo un serio escrutinio internacional, o la presidenta del FMI manda un mensaje para alinear a los países que se encuentran indecisos en tener acercamientos con EU por el tono discursivo de Trump.

Así es que hay dos Trump: el que va por la vía financiera y el negativo, que se encamina al rechazo de la globalización. “Darle la espalda a la globalización es una actitud errónea”, declaró Lagarde cuestionada sobre Trump, sin mencionar su nombre, en el marco del 47 Foro Económico Mundial.

Y es que lo político y lo comercial es lo que ha revuelto Donald Trump; su visión de la globalización tiene una alta carga de críticas y evita tener un plan económico y comercial de un tema como es la renegociación de acuerdos comerciales.

La salida del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP) y su choque con el Tratado de Libre Comercio (TLC) es parte de una política que también genera repercusiones económicas; sin embargo, falta que se puedan separar para que una no afecte a la otra. Si se logra eso, el avance en negociaciones tendrá otra visión de los acuerdos con otras naciones.