Las distintas realidades de dos muros incomparables

 

El gobierno israelí edificó un muro para intentar disminuir el número de atentados


La visita que hizo Benjamín Netanyahu a nuestro país es una buena oportunidad para recordar la polémica que se generó cuando el primer ministro israelí y basándose en la experiencia de su propio muro, apoyó en twitter la iniciativa de Donald Trump de construir una barrera fronteriza. La realidad es que los contextos son absolutamente distintos. El gobierno israelí edificó un muro para intentar disminuir el número de atentados terroristas que organizaciones radicales como Hamas, Hezbollah o el Frente Popular para la Liberación de Palestina perpetraban en territorio israelí entrando desde zonas habitadas mayoritariamente por palestinos. Esta circunstancia nunca se ha presentado en la frontera entre México y Estados Unidos que es por lo demás la más dinámica de cuantas existen en el planeta con más de 26 pasos fronterizos y cincuenta millones de cruces peatonales legales al año.

Estados Unidos nunca se ha enfrentado a una realidad en la que grupos terroristas mexicanos crucen a territorio estadounidense para poner bombas en el transporte público, en centros comerciales, en restaurantes o en mercados, situación que en el caso israelí sí que se presentaba causando miles de víctimas por año. Lo que sucede en la frontera entre México y Estados Unidos es que una buena cantidad de mexicanos cruzan de manera ilegal para intentar encontrar trabajo en Estados Unidos y con ello una mejor vida para ellos y para sus familias, lo cual es una circunstancia totalmente distinta a la israelí porque en este último caso, muchos de los que intentaban cruzar lo hacían no para trabajar, sino para matar a israelíes. Si a eso añadimos el hecho de que la economía estadounidense, muy al margen de lo que piense o diga Donald Trump, sigue mostrándose ávida de la mano de obra mexicana tendremos que concluir que la comparación entre ambos casos fue impertinente, insensata y absurda

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