Las prodigiosas obras en CDMX

 

Las obras mostraron un paseo de La Reforma desastrado


Muchas cejas se levantaron cuando se anunció que el Metrobús sobre Reforma está avanzado casi a la mitad del recorrido previsto.

Las obras, presentadas en numerosas gráficas, mostraron un paseo de La Reforma desastrado, triste, violentado, semidestruido… un tiradero total.

Los trabajos, a los que hubo oposición, son equiparables a la decisión del regente Carlos Hank González, de crear la red de ejes viales. Muchos argüimos todo lo que nos pareció razonable y al final tuvimos que aceptar que en una ciudad con creciente población vehicular, lo mejor era eso complementado por un sistema de transporte más o menos decente.

No es el caso en esta oportunidad.

En las alturas burocráticas citadinas existe la sensación de que el sexenio terminó y por eso pueden, sin cuidado alguno, anunciar que se trató de una adjudicación directa a un contratista, sin proporcionar estimaciones de la obra.

Negocio oscuro, por decirlo de forma alguna.

Tampoco informaron los argumentos legales para modificar la avenida más emblemática del país; no se trata de una calle “bonita” sino del antiquísimo Paseo de la Emperatriz que cada sexenio sufre cambios que empezaron con los amarillos desde el momento que gobernaron la capital.

Pensemos en calles características de otras capitales: el Paseo Colón de Buenos Aires, la avenida Pensilvania en Washington, los Campos Elíseos en París… ninguna de esas rúas puede ser modificada  y se prohíben construcciones como pueden ser los rascacielos y otros que cambien el panorama.

Reforma no sólo ha perdido las casas clásicas del porfirismo, amparadas por leyes que las protegen como características de una etapa histórica, social o política del país o de la ciudad; o de una escuela arquitectónica. Hoy es escenario del mayor negocio inmobiliario conocido en el país. Edificios de treinta, cincuenta pisos que cambiaron la imagen de esa vía, reducen el abasto de agua y aumentan el tránsito vehicular.

No hubo forma para impedir el criminal desaguisado, porque Mancera estaba en Uruguay, Estados Unidos, España y hoy Cuba. Habitantes y gobernantes de tales naciones, incultos como sabemos y faltos de imaginación y recursos económicos, les ha ido a mostrar el camino para tener pueblos sanos y felices: el Médico en tu Casa.

Se trata de algo salido del magín de algún desquehacerado dentro del círculo privilegiado de Mancera, mismos que restringen la circulación, acumulan riqueza fotografiando autos, contratando grúas y concesionando estacionómetros con encargo de personal oficial.