Leben

 

Alexander Faubritten lanza la bomba “L” sobre el planeta entero


Alexander Faubritten lanza la bomba “L” sobre el planeta entero, pero esta arma no es para matar, la detonación del artefacto misterioso le otorga vida eterna a los seres vivos, a todos; la era inmortal llegó, los dioses han nacido.

Al principio la noticia causó estupefacción, después llegaron las preguntas sobre la vejez y los nacimientos, qué pasaría con la religión; hubo caos, los otros animales también fueron afectados por la explosión, las bestias eran cada día más y atacaban a los humanos; luego vinieron los reclamos, la gente cuestionó esta nueva condición, donde la enfermedad había sido eliminada: ¡Faubritten nos ha arrebatado la muerte!

Los gobiernos del mundo le exigieron que elaborara un antídoto, él se negó, alegó, en su defensa, que los poderosos utilizarían la vida eterna para prolongar su poder y dejarían morir a los más pobres. Alexander Faubritten niégase a revertir el efecto.

Por este comportamiento el químico alemán debe ser juzgado y sentenciado, lo envían a una isla-cárcel mientras los líderes internacionales preparan el castigo para el padre de la bomba “L”, la ele viene de leben, que en español es vida.

Proceso a Faubritten, innovadora novela de ciencia ficción escrita por Yolanda Marcela del Río Reyes. Libro donde el artículo periodístico, la poesía, el diario, el teatro, las notas de editor, los sueños, las premoniciones, la Biblia y la imaginación desbordada se mezclan y dan como resultado una prosa inteligente; esta obra maestra, por su forma y contenido, fue elogiada por Juan José Arreola y Ray Bradbury, ellos hacen la sinopsis y el prólogo en la primera edición de Aguilar, 1976.

Marcela del Río, así está firmado Proceso a Faubritten, nació en Coyoacán el 30 de mayo de 1932, su mamá, la escritora María Aurelia Reyes del Río, murió muy joven; Marcela tuvo que ir a ayudar a su tío Alfonso Reyes, se ganaba unos pesos catalogando la biblioteca del escritor mexicano. Esta experiencia fue más que un trabajo para ella, maduró y experimentó con su talento, “el regiomontano universal” le enseñó el poder de la constancia.

Doctora en Filosofía por la University of California, Irvine (UCI), y licenciada en Letras Hispánicas por la UNAM, tuvo una fuerte inclinación por el teatro de los 50, Marcela del Río ha escrito muchas obras; comenzó como actriz pero le atrajo más la escritura de los guiones, la dramaturgia. Poeta, investigadora, amante, perfomancera, netóloga: “Es fácil olvidar cuando se es el culpable”.

Y una cita para ponerle fin a estos párrafos alrededor del Proceso a Faubritten y de su fantástica autora que nos regala el cielo y el infierno en guiños al lector: “Mentira que para ver teatro haya que ir a un edificio bautizado con ese nombre. Diariamente somos testigos y partes de un mundo teatral en el que actores y público actúan en recíproca función”.