Leyendas sexuales. Ejercicio pélvico 2.0

La fuerza de estos músculos se recupera con esfuerzos para contraerlos
CAPITAL DIGITAL Publicado el
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¿Ya has pensado en tus propósitos de año nuevo? ¿Está el ejercicio entre ellos? Actualmente, todo es más fácil si te apoyas en las nuevas tecnologías. Ya ni siquiera tienes que inscribirte en un gimnasio, todo es cuestión de encontrar la aplicación adecuada que te brinde motivación, asesoría, variedad de rutinas y seguimiento de tus progresos a fin de que no te quede ningún pretexto para poner a trabajar el cuerpo en los siguientes meses.

Es cierto que muchos de esos objetivos se quedan sólo en buenos deseos, pero quizás la opción que encontré para que te ejercites sea más llamativa, tanto que te permita llegar al siguiente diciembre con un tono muscular envidiable. Lo diferente de esta propuesta es que ese tono muscular no podrá lucirse con ningún atuendo, aunque seguramente hará muy feliz a tu pareja (y estoy hablando de ambos miembros).

Me refiero al fortalecimiento del piso pélvico, es decir, la musculatura que se refuerza con los famosos ejercicios de Kegel (llamados así por su creador, el doctor Arnold Kegel, ginecólogo estadounidense). Si bien todos tenemos este grupo de músculos –y, por tanto, todos podemos fortalecerlo–, la tecnología ha creado soluciones para los problemas que padecen las mujeres.

Ya sea con los partos naturales o simplemente con el paso del tiempo, los músculos del piso pélvico pierden su fuerza. Este debilitamiento no sólo afecta el placer en las relaciones sexuales, sino que puede provocar que la mujer comience a sufrir incontinencia urinaria (la famosa “vejiga caída”). La buena noticia es que la fuerza de estos músculos se puede recuperar mediante esfuerzos para contraerlos en un movimiento similar al que se haría con el objetivo de detener la salida de la orina una vez que el chorro ha iniciado. Si bien el doctor Kegel diseñó una rutina con el propósito de reafirmar esa zona del cuerpo, la tecnología actual lo hace todo más fácil, más divertido, más efectivo y, en general, mejor.

Existen dispositivos que se insertan en la vagina y tienen varios sensores capaces de detectar la fuerza con la que las paredes vaginales pueden apretarlos. La información que recaban es visible en una aplicación que se descarga en el teléfono celular y que ofrece diferentes rutinas, algunas a manera de juego, para ejercitar el piso pélvico. Esto porque no es lo mismo, por ejemplo, apretar fuerte y sostener, que apretar de manera lenta y gradual (en algunas aplicaciones, en la pantalla se ve una esferita que sube como si la estuvieran succionando) o que apretar y relajar alternadamente a una velocidad cada vez mayor. No, si esos músculos no se dominan fácilmente, como pudiera parecer.

A la vez, con este tipo de dispositivos se pueden registrar los progresos y tener un historial de cómo se ha avanzado, datos que se guardan ya sea en el teléfono celular –en archivos encriptados– o en la nube donde, aseguran las compañías, no tienen indicios que los vinculen con la identidad de la usuaria.

La forma de vivir cambia de manera constante, y si han creado este tipo de inventos que hacen las cosas más fáciles, ¿por qué no aprovecharlos? Y todavía hay algo mejor: algunas opciones se ofrecen como ecoamigables (puedes buscar, por ejemplo, kGoal o Elvie), ya que tienen una batería recargable y están hechas de materiales como silicón de grado médico, libres de phtalatos, sin látex ni caucho. De esta forma, cada vez más empresas se suman al compromiso no sólo de ofrecer productos que cuiden la integridad física de quienes los usan, sino también de respetar y proteger lo más posible el medio ambiente.

* Periodista especializada en salud sexual.

@RocioSanchez

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