¿Malosos o sólo malos?

 

La gerencia de los Raiders ha dejado ‘olvidada’ a la defensa, en la que Mack era el alma y corazón


Erick Meneses

Los Raiders son una de las franquicias más ricas de la NFL.

Ricas en cuanto a historia y tradición, porque, en cuanto a recursos, prácticamente las 32 son igual de poderosas; no cualquier hijo de vecina puede aspirar a tener un equipo en la National Football League.

Desde que Al Davis se convirtió en coach, en 1963, a Oakland sólo le tomó cuatro años en pasar de ser el hazme reír de la Liga a ser uno de los más temidos y respetados.

Tras convertirse en dueño, Davis mantuvo a los Malosos entre los mejores de la NFL.

“Comprometidos con la excelencia” era el lema del polémico directivo, quien en sus últimos años de vida cometió todos los errores habidos y por haber: malos contratos en Agencia Libre, peleas con entrenadores y cuestionables reclutamientos colegiales.

Luego de su muerte, en 2011, la esperanza renació en los aficionados negro y plata, pues se esperaba que Mark Davis, hijo de Al, haría las cosas de un modo distinto. Y en cierta medida así ha sucedido.

Al menos encontró en Derek Carr al presente y futuro de la franquicia. Sin embargo, la decisión de canjear a Khalil a Chicago suena más a una de las jugarretas de Al.

De alguna manera, Oakland ha logrado conformar una ofensiva muy atractiva. Carr, Lynch y Cooper necesitaban un último socio. Y Jordy Nelson llegó como anillo al dedo a un ataque que podría terminar siendo de los más explosivos de la Liga.

No obstante, de nada servirá meter 30 puntos por partido si la defensa permitirá 31. La gerencia de los Raiders ha dejado ‘olvidada’ a la defensa, en la que Mack era el alma y corazón.

Su salida dejará un hueco tremendo, mismo que será ocupado por Derrick Johnson, quien sería una opción fenomenal si estuviéramos en 2010. El exapoyador de los Chiefs, ya con 35 años, aportará sabiduría y liderazgo, pero no lo podemos comparar con la energía e intensidad de un Khalil de 27 años.

Trascendió que los Bears pagaron dos selecciones de primera ronda en el intercambio. Y más le vale a Mark Davis usarlas de la mejor manera, en jugadores que logren un impacto inmediato en el equipo para 2019. De lo contrario, este movimiento nunca será perdonado.

De entrada, podemos descartar que Oakland logre gran cosa en esta campaña.

De poco servirá llegar a playoffs, porque ahí tienen éxito los equipos balanceados y, en todo caso, regularmente se imponen las defensivas.

“Las ofensivas ganan partidos, las defensas ganan campeonatos”, reza el viejo adagio. Suena a cliché, pero es así. Y los Raiders no tienen una de ese calibre.

Súbitamente, pasaron de malosos a simplemente malos.