Marco institucional: competitividad

 

La inversión directa depende de la competitividad del país


El progreso económico, la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente, depende de la inversión directa, que produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos. La inversión directa depende de la competitividad del país, de su capacidad para atraer, retener y multiplicar ese tipo de inversiones, competitividad que depende de las instituciones, de las reglas del juego y de las normas jurídicas.

Dos son los estudios que nos permiten ver cómo andan los países en materia de competitividad. Uno, el Índice de Competitividad Global, del Foro Económico Mundial, otro el Índice Haciendo Negocios, del Banco Mundial (BM). En el primero de ellos México ocupa el lugar 51 con una calificación de 6.3 sobre 10 entre 137 naciones. En el segundo, su posición es 47 entre 190 países, cuya calificación corresponde a 7.2 sobre 10.

El Índice de Competitividad Global se calcula a partir de 111 variables distintas reunidas en 12 grupos. De estos 12 grupos, ¿en cuál obtiene México el peor resultado? En el referente a las instituciones, donde ocupa el lugar 123 con calificación de 4.6. Dentro del grupo de instituciones compuesto por 21 variables, ¿en cuáles obtiene México los peores resultados? Confianza en los servicios policiacos (134, 3.4); crimen organizado (134, 3.7); costo para los negocios del crimen y la violencia (131, 3.9); favoritismo en las decisiones de funcionarios públicos (129, 2.9); confianza en los políticos (127, 2.4) y desvío de fondos públicos (127, 3.1). ¿Quién falla? El gobierno.

De los 10 grupos de variables que integran el Índice Haciendo Negocios, el cual mide qué tan fácil o difícil resulta abrir, operar y cerrar un negocio, ¿en cuál obtiene México el peor resultado? En el referente a los impuestos: lugar 114 (no se reporta calificación). ¿Quién falla? El gobierno.

Las instituciones tienen que ver con las normas jurídicas y el comportamiento del gobierno, gobierno que, en materia de instituciones –sobre todo las relacionadas con la competitividad del país–, deja mucho que desear por exceso y por defecto.

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@ArturoDammArnal