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Cataluña dejó de ser cuestión política para ser cuestión judicial


En verdad hay temas que uno preferiría no volver a tocar, sin embargo, en ciertas ocasiones eso es imposible, no sólo porque la realidad sea tozuda como los hechos, sino porque se producen novedades todos los días que no se pueden ignorar.

El asunto está claro, Cataluña dejó de ser una cuestión política para convertirse en una cuestión judicial. Es más, es una juez, Carmen Lamela, la que está mandando a la cárcel a varios miembros que conformaban el gobierno catalán.

Aunque eso es una simplificación porque al final no hay nada más humano, más clave y más importante en política que la transmisión del sufrimiento. Me explicaré.

Una víctima en un buen momento puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota en una campaña electoral.

Y esa manera de enviar a la cárcel en pelotón a los políticos catalanes y ese espectáculo en el que el expresidente de la Generalitat se refugia en Bruselas y pide acompañado por 200 alcaldes independentistas que la Unión Europea intervenga para solucionar la situación de Cataluña; va haciendo parte a los nacionalistas de la campaña para el 21 de diciembre.

Y es que 15 días después de que el gobierno español hizo el histórico uso del artículo 155, políticamente hablando han pasado pocas cosas. Aunque es cierto que el gobierno de la sedición ya no está, pero también es verdad que la dinámica en la que se ha metido le va dando a los nacionalistas un regalo en forma de campaña con martirologio incluido.

Las leyes son las leyes y deben cumplirse. Pero conviene no olvidar que este asunto tiene un componente político.

Por eso no estoy diciendo que no manden a la cárcel a gente que se lo merece en opinión de los jueces, sino que deben tener el suficiente sentido común para no regalarles las elecciones a los que hoy por hoy no tienen ni la mayoría, ni la razón.

Entre todo eso hay un personaje curioso llamado Carles Puigdemont, quien ha conseguido que el gobierno español siga cometiendo errores que podrían terminar incrementando los votos de los nacionalistas.

Y de ser así en las elecciones de diciembre él habrá sido un genio, aunque parezca increíble. Pero si no, entonces será una figura patética y sin ningún contenido político, que ha puesto en peligro a algunas de las instituciones políticas españolas y europeas más importantes.

No existe ninguna receta, la juez Lamela es la juez Lamela, pero convendría que la responsable ahora de administrar la Cataluña intervenida y sin gobierno propio, es decir, la vicepresidenta de España, Soraya Sáenz de Santamaría, no olvide que el mayor desafío que tiene no es llenar las cárceles de funcionarios, sino resolver un problema que se ha envenenado por falta de solución política.

@antonio_navalon