McCain, baluarte de la respetabilidad conservadora en Estados Unidos

 

Pocos miembros del Congreso son tan respetados como el senador John McCain


Pocos miembros del Congreso de Estados Unidos son tan respetados como el senador John McCain, y pocos son tan necesarios en tiempos en los que la insensatez y el radicalismo rayanos en la locura y el absurdo son la marca de la casa de la clase política en Washington como está ocurriendo en la actualidad. Sobre McCain, por ejemplo, el presidente, Donald Trump, dijo en campaña que el excandidato presidencial republicano en 2008 no era en realidad un héroe de guerra porque se había dejado atrapar y que él prefería a los héroes que no se dejaban atrapar, sin considerar que McCain, piloto veterano de la Guerra de Vietnam, fue sometido a tortura durante los cinco años que pasó como prisionero, y que Trump logró librarse de combatir gracias a que de manera muy conveniente le diagnosticaron osteofitos en los talones, es decir, un exceso de tejido óseo, padecimiento que por lo demás –y de existir que no lo creo–, no le ha causado ningún problema al magnate a lo largo de toda su vida. En fin, volviendo a lo que corresponde al senador por Arizona, a pesar de su tono discordante, la voz de McCain se escucha en Washington y se escucha fuerte.

Recientemente fue diagnosticado con cáncer de cerebro, lo que desde luego impactó en sus actividades legislativas.

Sin embargo, el antiguo combatiente de Vietnam se dio tiempo para dedicar unos días en la capital para impulsar iniciativas de ley en las que ha trabajado mucho y a recibir la solidaridad tanto de correligionarios como de adversarios. No cabe duda de que el senador McCain es un ejemplo de cómo debería hacerse política en la Unión Americana y de que con un poco de suerte, seguirá por un muy buen tiempo dando la batalla en Phoenix contra el cáncer y en Washington contra la estupidez.

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