México, Rusia y Catar: La FIFA y su doble moral

 

La homofobia ha ocupado lugares centrales en el debate público


En ocasión de la celebración de la Copa Confederaciones, el tema de la homofobia ha ocupado lugares centrales en el debate público. A la FIFA parece preocuparle mucho el asunto y por ello ha adoptado una postura enérgica frente al famoso grito que la afición mexicana hace al unísono cuando el portero rival despeja, advirtiendo de que de continuar con esta conducta, la selección mexicana podría incluso ser descalificada del torneo. FIFA con ello quiere mandar un mensaje claro: tolerancia cero ante la homofobia y la discriminación.

Sin embargo y considerando que en México las parejas del mismo sexo se pueden casar y adoptar, los transexuales pueden cambiar su acta de nacimiento para que coincida con el género que han elegido, las parejas homosexuales pueden andar de la mano libremente y en la capital del país cada año se celebra la marcha del orgullo lésbico gay, pues uno no puede sino sospechar que en el caso FIFA – Rusia nos enfrentamos a una situación de doble moral si no es que de franca hipocresía en virtud de que, a diferencia de lo que ocurre en México, ser homosexual en Rusia es un auténtico infierno y ello no constituyó ningún problema para que la FIFA le diera a Rusia la sede de la Copa Confederaciones 2017 y del Campeonato Mundial en 2018. Sobre la homofobia rusa ya se expresó en términos condenatorios nada menos que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos pero eso a FIFA no le inquietó un ápice. El folclórico grito mexicano sin embargo parece tenerla obsesionada. Si vemos que la siguiente sede mundialista será Catar, un país en el que ser homosexual es un delito que se persigue con cinco años de prisión, no queda sino concluir que el puritanismo del máximo organismo mundial del futbol además de hipócrita e indefendible es inaceptable.