Negociadores y negociaciones

 

Las señales que ha mandado Estados Unidos son de incertidumbre


Las señales que ha mandado Estados Unidos sobre las renegociaciones del TLC son de incertidumbre para los mercados, pero también es una estrategia apoyada en los manuales de empresarios que buscan jugar con un nuevo socio. Se espera que en esta semana se formalicé el proceso de renegociación del TLCAN.

Será Robert Lighthizer,  jefe de Comercio Exterior de EU, quien encabezará las negociaciones. El siguiente paso es que el presidente Trump envíe una carta al Congreso estadounidense para que inicie el proceso y esperar 90 días de consultas.

Con ello, es probable que la renegociación comience a finales de agosto próximo.

Pero hay tiempos que exigen que las negociaciones se aceleren. Por el momento, las autoridades mexicanas han expresado su voluntad de que se concluya la revisión del TLCAN, en vigor desde 1994, antes de que acabe 2017, pues el próximo año hay elecciones presidenciales en México y para congresistas en Estados Unidos.

De acuerdo con lo que se avecina en las próximas semanas, las negociaciones del TLCAN tendrán cada vez más injerencia en el tipo de cambio.

Sin embargo, el acuerdo comercial es relevante para las tres economías ya que si el comercio se cierra y la generación de empleos tarda serán factores que sumen al desencanto de Trump. Los datos de la economía estadounidense muestran que dar un viraje y avanzar hacia un crecimiento será paulatino. En el análisis interno de la economía se tienen sus reservas de que EU alcance un crecimiento superior a tres por ciento, como prometió Donald Trump y su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Será a partir de 2018, ya que se haya terminado la negociación de TLC y otros compromisos cuando comience a verse el camino de la economía de EU.

México está dispuesto a revisar el tratado comercial, pero a partir de una estrategia que implique mejoras y no retrocesos, pues las políticas proteccionistas de EU pueden ser el atorón en las negociaciones, aunque también forme parte de una estrategia poco convencional y sea más apegada a una táctica empresarial que de gobierno.