Negocios de familia

 

Muestran cómo el nepotismo y el amiguismo que tanto denuncian


En diversos diarios de la Ciudad de México se informó ayer cómo un buen número de diputados locales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han convertido a la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México (ALCDM) en un excelente negocio familiar.

Algunos de los casos hechos públicos muestran cómo el nepotismo y el amiguismo que tanto denuncia en los demás el mesiánico patrón de estos legisladores, también se da entre los más distinguidos militantes del partido cuyo lema es “La esperanza de México”.

Gracias a los reportes difundidos sabemos que:

1. Doña Angélica Elena Leguizamón Vivas, esposa del diputado Miguel Ángel Hernández (Distrito XXX Coyoacán), cobra cada mes, por concepto de honorarios, un total de 25,139.10 brutos;

2. El azcapotzalquense Luciano Tlacomulco Oliva, cuida a su familia en vista de que trabajan en la ALCDMX sus parientes César Alberto Olivares Tlacomulco, percibiendo ingresos de casi 49,000 pesos mensuales, y Mariana Tlacomulco Anguiano, quien gana 6,000 cada mes;

3. La gustavoamaderense Beatriz Rojas Martínez ha colocado a seis parientes dentro de la nómina del órgano legislativo, que en conjunto reciben 127,222.82 pesos cada mes. Tan solo su cuñado, Andrés Chiguil Pucheta, se mete 68,960.82 pesos cada mes.

4. El coordinador de los diputados morenos, César Cravioto, el mismo que hace años fue el responsable de la elaboración y distribución de la dizque leche con heces fecales marca Betty, tiene entre sus 51 colaboradores –que en conjunto cobran casi 10 millones de pesos anuales– al exdirector del Metro, Mario Joaquín Zepeda Martínez, que entre sus muchas aptitudes profesionales tiene la de ser esposo de la exasesora del Peje López, Lenia Batres, y cuñado del expresidente nacional de Morena, Martí Batres. Por asesorar a Cravioto, Zepeda Martínez cobra cada mes 30,584 pesos.

Según los reportes, hechos públicos ayer, la fracción de Morena en la ALCDM tiene 207 empleados, la mayoría de ellos supuestamente trabajan como asesores, y en total nos cuestan 140 millones de pesos a quienes pagamos impuestos.

Desde que abandonó al PRI para irse al PRD y luego para fundar su propio partido, el dueño de Morena ha presumido de ser un hombre que posee una “honestidad valiente” y que de ser presidente de México acabará inmediatamente con la corrupción y la impunidad que, lamentablemente, desde siempre han prevalecido en nuestro país.

“Del dicho al hecho hay gran trecho”, reza el refrán, y los hechos contradicen los dichos del Peje López. Lo que sucede en la fracción de Morena de la ALCDMX es un ejemplo más de la podredumbre que existe en ese partido.

Por eso: Cuidado con los populistas demagogos que ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos.