Picnic chilango

 

Lla Ciudad de México necesita rescatar sus ríos


Mis hijos dicen que soy una hipster cada vez que me levanto entusiasmada en un domingo cualquiera de verano para preparar frascos con ensaladas, frutas frescas, una baguette crujiente, algunos pedazos de mis quesos favoritos y botellas con agua, jugo o vino de mesa.

Todo eso lo meto en una canasta, donde también acomodo un mantelito de cuadritos rojos con blanco y voilà!, mi cliché está completo y grito: ¡arriba, que haremos picnic para el almuerzo!

La palabra picnic tiene su origen en la palabra francesa pique-nique, que es la suma del verbo niquer (picar) y nique (palabra del s. XVIII que significa cosa de poco valor), así faire un repas pique-nique, es hacer una comida en la que cada uno aporta algo.

Y es que justamente a mí me gustan los picnics urbanos, porque es una costumbre muy francesa pero como acá no tenemos la Torre Eiffel con su Campo Marte, pues vamos al Bosque de Chapultepec, a veces en alguna de las entradas, alejadas del Metro o del zoológico, huyendo de las multitudes. Otras en el lago mayor, pero a la tercera sección no voy porque cuentan los mitos que hay jaurías de perros que no son human friendly.

Algo que me ha hecho feliz es saber que el sueño del arquitecto ambientalista Elías Catán, que desde hace más de cinco años se ha empeñado en demostrar que la Ciudad de México necesita rescatar sus ríos para poder renacer, podría ser pronto una realidad.

Se requieren 76 millones de pesos para que el viaducto deje de ser un estacionamiento, digo, una ‘vía rápida’ llena de autos a todas horas, y vuelva a ser lo que era: el río de La Piedad. Está cerca de mi casa y podría ir caminando con mi cursi canasta a extender mi mantel a la orilla del río, en medio de una ciudad más humana y disfrutable, casi tanto como lo es ahora mismo el Canal de L’Ourcq parisino, que ha dejado atrás la contaminación, a tal grado que se instalaron tres albercas públicas y gratuitas del lado de La Villette.

¿Será que algún día podremos tener un verano en el que nuestros niños se bañen en una alberca pública sustentable, en el río de la Piedad? Espero que muy pronto Elías Catán nos dé la buena noticia de que sí.