Políticos renuncian por violencia

 

Solamente en Guerrero suman 190 renuncias a candidaturas que ya habían sido registradas


Ya nada es como antes. Las reglas no escritas de la delincuencia organizada, o las de los caciques que se sirven de los enrarecidos ambientes de violencia en municipios dejados de la mano de Dios y de los gobiernos estatales y federal, están obligando, como nunca, a que aspirantes a alcaldes, síndicos y regidores prefieran declinar, salirse de la contienda, antes de ser parte en el incremento de la estadística mortal que acumula a por lo menos 88 asesinados de septiembre a la fecha.

Solamente en Guerrero suman 190 renuncias a candidaturas que ya habían sido registradas. Pero en un recuento más amplio de la República, los partidos han solicitado al Instituto Nacional Electoral la sustitución de 341 aspirantes a puestos federales que declinaron participar, amenazados o convencidos del riesgo que significan los niveles de violencia no sólo en alcaldías remotas, sino en cualquier punto del país. El dato surgió el mismo día en que era sepultado en Chilpancingo Abel Montúfar, el aspirante priista a diputado local por el distrito XVII de Tierra Caliente quien fue asesinado.

Se reporta que en los estados formalmente se pidió el retiro de 660 candidatos.

En Oaxaca renunciaron 306, en el Estado de México 225 aspirantes prefirieron retirarse de la contienda electoral. Fueron 80 los arrepentidos a la fuerza en Chihuahua, porque recibieron amenazas de grupos criminales que quieren imponer a incondicionales del narco en gobiernos locales. Tal cual lo describió la periodista Miroslava Breach, con nombres, apellidos y circunstancias de lo que ocurría en la sierra de Chihuahua. Por eso la asesinaron hace 425 días.

No se trata solamente de alcaldes y regidores, pues declinaron 39 aspirantes al Senado por mayoría relativa y 18 de representación proporcional. Ya retiraron sus nombres 186 candidatos a diputados federales y 98 fueron sustituidos en el ámbito de las plurinominales.

(Aquí se mezclan amenazas, con declinaciones por motivos personales o porque los partidos mismos decidieron reemplazar a sus primeras opciones).

Hace un par de meses escribí que el tema de la narcoviolencia en elecciones no era una amenaza por venir, sino que estaba viva y actuante y que veríamos atentados, secuestros y asesinatos cada vez más frecuentes en la coyuntura de las elecciones.

El fin de semana fue rescatada la candidata del PTMorena a la alcaldía de Álvaro Obregón, en Michoacán, y uno de sus captores murió.

El operador político del Partido del Trabajo en Tehuantepec, Oaxaca, Hernán Mata, fue ultimado a balazos durante un festejo a las madres el jueves pasado.

Hay un amago constante en contra de los alcaldes.

Si en el sexenio de Felipe Calderón fueron ejecutados 47, ya en la administración de Enrique Peña Nieto el saldo mortal se elevó a 74 casos. Más lo que se acumule ¿Por qué los presidentes municipales? Porque apenas pueden garantizar la seguridad de pueblos pequeños, caminos y rancherías por donde transitan grupos irregulares de individuos armados hasta los dientes y que se apoderan de la obra pública, de un porcentaje de los presupuestos o de la comandancia y de los integrantes de las policías municipales para hacer prosperar todo tipo de negocios ilegales, además del tráfico de drogas y armas. Simplemente porque son más fuertes, están mejor pertrechados, tienen cantidades absurdas de dinero que el Gobierno Federal y los estatales jamás les quitan, porque hay una simbiosis entre políticos y delincuentes.