¿Por qué perdió Duarte? Por tarugo, abusivo, ambicioso y… corrupto

 

En efecto, sólo los tarugos dejan pruebas de sus irregularidades


A pesar de que la lista de políticos priistas corruptos es mayor a 0.1 por ciento que aceptó el nuevo presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, resulta que sólo uno –0.00002 por ciento de sus militantes– ha cimbrado la estructura tricolor de poder. Y si hay muchos otros, entonces el caso de Javier Duarte de Ochoa simboliza el peor pecado de los políticos priistas corruptos: la arrogancia.

En la segunda mitad de los 30 del siglo XX, el diputado carrancista Luis Cabrera acusó de corruptos a los políticos del régimen de la Revolución Mexicana. Ahí mismo los revolucionarios de la pureza discursiva quisieron fusilarlo y entre los gritos sobresalió uno: “¡pruebas pruebas!”; la respuesta de Cabrera fue peor: los acuso de corruptos, les dijo más o menos, no de tarugos. En efecto, sólo los tarugos dejan pruebas de sus irregularidades.

Duarte y algunos otros gobernantes, políticos y funcionarios priistas –y ciertamente muchos del PAN, del PRD, de Morena– que viven del gasto público han dejado sus caminos políticos plagados de pruebas de irregularidades.Pero los hay como Andrés Granier, Duarte y Padrés que no sólo dejaron muchas pistas obvias de sus corruptelas, sino que cometieron otro pecado mortal en el ejercicio del poder: la soberbia, el asumir que el poder investido los protegería de la persecución de la ley.

Y Duarte y los políticos procesados por corrupción cometieron el tercer pecado de la soberbia del poder: la impunidad, saber que su propio poder derivado del cargo, sus alianzas con fuerzas superiores, pares e inferiores serían suficiente blindaje, y entonces asumir el enriquecimiento personal como el objetivo central de su elección.

Duarte y los otros procesados antes, ahora y después no son los únicos corruptos, sino que pueden considerarse los tarugos por dejar tantas pistas a sus pasos. Por eso en un rasgo de sinceridad muchos políticos del poder de todos los partidos suelen contestar: bueno, honesto, honesto, lo que se dice honesto, pues creo que no; honestón sí.

Cómo habrá estado la presión pública y mediática sobre el Presidente de la República y el PRI que no hubo más camino que procesar a Duarte, sobre todo después de que desde durante dos años y medio se fue desmoronando su consenso político personal por abusos en el poder y por confiar en el apoyo presidencial. Por todos lados informaron a Los Pinos que Duarte iba a destruir Veracruz en las elecciones de gobernador…, y no atendieron el escenario de emergencia: Duarte destruyó los tejidos sociales, políticos y de desarrollo.

Duarte cometió el pecado de la insolencia: no cambio, siguió igual durante meses, hasta que el cántaro se quedó en el fondo del pozo de tanto echarlo. Pero eso sí, el sistema político teme la violación de la ley mafiosa de la omertá y seguirá ayudando –no protegiendo– a Duarte para que no revele secretos del poder. Duarte se hundió por sí mismo, por creerse invulnerable, no por corrupto.

The White House 2016: pues las cosas no van como dicen los medios en México: en los espacios del establishment, Hillary Clinton ganó el tercer debate, en las redes Donald Trump quedó muy arriba… A pesar de los desgarramientos de vestiduras sobre el sistema electoral democrático de EU, en la historia ha habido muchas elecciones fraudulentas…

Y si Trump está derrotado, ¿por qué la desesperación de Barack y Michelle por declarar a diario contra el republicano? Política para dummies: La política es el mundo de la realidad-real, no de los sueños y deseos.