Preocupaciones empresariales

 

Sin lugar a dudas los integrantes de uno de los sectores productivos del país andan con el alma en vilo desde que el señor Andrés Manuel López Obrador dio una muestra de su fundamentalismo al desechar las obras que en los últimos cuatro años se han realizado en los terrenos del lago de Texcoco, para […]


Sin lugar a dudas los integrantes de uno de los sectores productivos del país andan con el alma en vilo desde que el señor Andrés Manuel López Obrador dio una muestra de su fundamentalismo al desechar las obras que en los últimos cuatro años se han realizado en los terrenos del lago de Texcoco, para construir uno de los aeropuertos más modernos de América, y quizá del mundo.

El problema es que con ello no tan solo rompe las esperanzas de muchos mexicanos, sino del futuro que esperábamos tener los mexicanos del altiplano.

Y no es que pretenda denostar la capacidad de entendimiento del señor López, por el contrario, creo que ha sido una muestra palpable para que sus adversarios entiendan que las cosas ya no serán iguales y que el futuro de este país será diseñado única y exclusivamente por el. Y no es propiamente con encuestas manipuladas como la que tanto le hemos criticado, sino con decisiones que tomara y que serán secundadas por ese grupo de fundamentalistas que ya dieron muestras de lo que serán capaces en las cámaras de Diputados y de los Senadores.

Para decirlo más claro, el proyecto de futuro más competo de los últimos tiempos se quedará sin construcción porque el ahora President decidió que no habrá ese promisorio complejo en el Valle de México, sino que se realizará en lo que hasta ahora se conoce como la Base Militar del Aeropuerto de Santa Lucía, lugar que para muchos no reúne las condiciones necesarias para albergar un aeropuerto internacional de la capacidad que requiere el altiplano mexicano.

Ha sido tan inédito el comportamiento del señor López Obrador que mantiene azorados a los propios empresarios que alguna vez participaron con él en el diseño de una de las grandes modernizaciones de la Capital de la República, como fueron los segundos pisos, y el remozamiento del Centro Histórico, además de la extensión de las líneas del Sistema de Transporte Colectivo, y el nuevo establecimiento de cuadrantes en trazo nuevo de la ciudad para hacerla más habitable.

Pero si hay un sector que tiene problemas de percepción con el Presidente Electo es el empresarial, y ha sido Claudio X. González, Presidente de Mexicanos contra la Corrupción, el encargado de solicitar al Movimiento de Regeneración Nacional no dividir, pues en casos como el suyo, siempre exigirá justicia para todos los mexicanos sin importar partidos o posturas políticas. Los morenistas actúan como si tuvieran el monopolio de la indignación moral.

El problema de este llamado a la cordialidad que realiza Claudio X. González es que tendrá muy poco valor con Andrés Manuel López Obrador, porque a muchos periodistas le han hecho saber que tienen guardada una carpeta que en su momento dará a conocer la Sectaria de Hacienda y Crédito Público, donde las empresas del señor González han sido omisas en el pago de los impuestos.

Para decirlo mejor, ahí viene la aplanadora hacendaria contra quienes se opongan a los designios del nuevo líder de este país.

Al tiempo.

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