Puebla: entre Guate mala y Guate peor

 

Nunca falla, nos visita un turista generalmente jubilado gringo, visita un par de sitios de mala fama y se coloca dos o tres guarapetas en restaurante folclórico al son del mariachi, y tomando margaritas, toritos y tequilas con limon y sal de grano. Ya es un experto. Escribirá un libro con su experiencia mexicana, hablará […]


Nunca falla, nos visita un turista generalmente jubilado gringo, visita un par de sitios de mala fama y se coloca dos o tres guarapetas en restaurante folclórico al son del mariachi, y tomando margaritas, toritos y tequilas con limon y sal de grano.

Ya es un experto. Escribirá un libro con su experiencia mexicana, hablará de las “beautiful señoritas”, describirá su extraordinaria resistencia y valor al ingerir los violentos tragos, verdaderas bolas de fuego, entre ebrios locales con el cuchillo presto y a la mano en la cintura.

Quizá se explaye un poco con la música y a lo mejor se ocupa de algún paisaje que le haya llamado la atención. Esos son los elementos y pronto habrá una obra más de un especialista en Mexicanadas que se tituló como tal tras una semana de pachanga en el país.

Haré lo que critico. Unos cuantos días en Puebla Ciudad y los necesarios recorridos por Libres, Cuyoaco y cualquier otro caserío cercano. Hasta recalar en San Martín, una unidad de producción agrícola donde ¡horror! Todo mundo trabaja sin parar un momento.

En esas muy limitadas observaciones he llegado a la conclusión de que a los poblanos les importa un soberano camote la elección para gobernador. Siento que están más que ardidos de la experiencia con Moreno Valle, elitista y que pocas veces miró hacia abajo. Él es alto y los poblanos del interior del estado chaparritos.

De allí que la güera Ericka, esposa del mencionado, no sea de la simpatía general.

El contrincante, Barbosa, es pequeño y muy moreno. Pero lo que le falta de altura le sobra en mala fama: familia pobre hoy muy rIca. Con el plus de que ha buscado hacer carrera política fuera de la entidad y su mayor mérito fue perder un cacho de pie que lo elevó al altar de los Santos laicos.

Y bueno, de allí el desinterés, porque tenían que votar por una mala y otro peor. Los dos perdieron, según el juicio del doctor Miguel Reyes Hernández de la Iberoamericana que calificó de irresponsable al Instituto Electoral del estado, al pasar por alto nueve violaciones en cada diez casos analizados al azar.

La información para el estudio se tomó del IEE, fueron analizadas 893 casillas que tenían un número mayor de votantes que el padrón electoral. Lo que antes llamaban urnas embarazadas.

Entre otras conclusiones del grupo el fraude se hizo desde las computadoras dando paso a la delincuencia cibernética: 92.1 de los votos tenían errores.