¡Qué envidia le tengo a los estadounidenses!

 

Allá verdaderamente discuten frente a las cámaras y los micrófonos; aquí tenemos un formato acartonado


Más allá de si ganó la demócrata o perdió el republicano, si se recuperó nuestra moneda, o si perdió la señora la gran oportunidad para noquear al magnate, después de la divulgación de un audio, donde se muestra de cuerpo completo al barbaján, ¡qué envidia me dan los estadounidenses!

No me malinterprete, respetado lector. Coincido con usted que los insultos, la bajeza y el temor, al igual que la timidez de la esposa de Bill Clinton y el racismo del multimillonario preocupan a todo el mundo. Me refiero a su libertad para debatir.

Allá verdaderamente discuten frente a las cámaras y los micrófonos; aquí tenemos un formato acartonado, aburrido, censor, y todo ello aleja a las audiencias de los canales de televisión y las estaciones de radio.

Allá los moderadores hacen su función periodística, acá solamente se convierten en presentadores de programas. Allá cuestionan, acá solamente dicen “hola, adiós y se les acabó el tiempo”.

Por supuesto no es culpa de la autoridad electoral, el INE cumple con la ley vigente. La culpa la tienen los partidos políticos. Todos, sin excepción. Los senadores y diputados federales son los culpables de que tengamos una democracia tan light. La autocensura en las redacciones de los medios electrónicos tiene una explicación: ningún concesionario quiere ser multado, por ello se alejaron de la cobertura político electoral.

¡Qué envidia le tengo a los estadounidenses!

Con Valor y Con Verdad ¿Leyeron la entrevista de mi colega Joel Ruiz, en El Universal, en la cual el procurador Ernesto Nemer levantó la mano para convertirse en el candidato del PRI a la gubernatura del Estado de México?

Dijo, entre otras muchas frases: “Los 37 años de servicio público me dan la capacidad para gobernar”. “El PRI repetirá en la entidad por la gestión de Eruviel Ávila”.

Después del dineral que recibió Josefina Vázquez Mota del Gobierno Federal, está fuera de la contienda el PAN, y con la división terrible de las izquierdas, ya la tienen perdida los amarillos; a Morena no le alcanza. Por ello la interna tricolor –en las próximas semanas– será fundamental rumbo a las elecciones de junio próximo.