¿Quién sale perdiendo con las reformas en movilidad en estados?

 

Se debe fomentar la actividad empresarial, no obstaculizarla


Las mejoras de la tecnología propician el surgimiento de nuevos productos e ideas para satisfacer necesidades. Por otro lado, permiten a las empresas disminuir costos.

Ambos, implican beneficios para los consumidores.

El teléfono celular no es sólo un medio de comunicación, sino un recipiente de información y conectividad para resolver una cantidad inimaginable de problemas, a través de una aplicación.

Una de las aplicaciones recientes más disruptivas que ha traído el teléfono inteligente es Uber, pionero en el servicio de transporte privado de personas desde el celular. Por la calidad, rapidez, confiabilidad, precio y flexibilidad de pago, el servicio de Uber o compañías de la misma índole no son lo mismo que un taxi.

A pesar de la contundente aceptación de este tipo de compañías en las diversas ciudades donde operan, hay una ola persecutoria de este modelo de negocio en algunos estados del país a través de las cada vez más frecuentes modificaciones a leyes de movilidad.

Alejandro Faya, comisionado de la Cofece, dio a conocer el caso de Yucatán en un artículo publicado en Reforma, destacando que en junio de 2016 se aprobó en aquel estado una ley de movilidad que en lugar de ampliar la competencia, la restringe.

El caso ha llegado hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ya se ha pronunciado contra algunos elementos de dicha ley de movilidad.

Pero Yucatán no es la excepción.

Lo mismo en Guanajuato o en la Ciudad de México, los grupos de interés constituidos en concesionarios de taxis también han impulsado con suficiente presión leyes de movilidad que empoderan a los gobiernos locales para establecer presiones infundadas sobre las empresas de transporte de personas a través de plataformas tecnológicas.

¿Quién resulta más perjudicado de la persecución a Uber y otras plataformas? Obviamente los consumidores, que pierden libertad para elegir.

Es evidente que también pierden las personas que prestan servicios de transporte a través de plataformas tecnológicas. Hay que recordar que muchas de estas personas se autoemplean, por lo que son en sí mismas una empresa.

Se debe fomentar la actividad empresarial, no obstaculizarla con reformas a las leyes locales.

@romero_hicks

José Luis Romero Hicks

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