¿Quién vigila al vigilante?

 

Fondo Monetario Internacional (FMI) sugirió la creación de un Consejo Fiscal Independiente (CFI)


Recientemente, ante la tendencia al desorden en las finanzas gubernamentales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugirió la creación de un Consejo Fiscal Independiente (CFI), para alertar sobre posibles excesos (por ejemplo: incrementos injustificados en gastos gubernamentales) o defectos (por ejemplo: ejercicio ineficaz de dicho gasto) en materia fiscal, tanto por el lado de los ingresos (impuestos y deuda), como del gasto (corriente, en inversión, social), CFI que debería estar integrado por economistas técnicamente bien calificados, éticamente intachables e independientes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, cuya tarea sería, más allá de la que ya se realiza de manera desarticulada en los medios de comunicación y en las redes sociales, señalar los excesos y defectos en materia fiscal, y alertar sobre sus posibles consecuencias para la economía en su conjunto.

Si desde el inicio de este sexenio hubiéramos contado con un CFI, ¿hubiera tenido lugar el desorden en las finanzas gubernamentales, del cual podemos darnos una idea analizando la evolución de la deuda total (pesos, dólares y euros) del sector público federal como porcentaje de sus ingresos totales? Veamos: en el 2000, último año del sexenio de Zedillo, ese porcentaje fue 112.9; en 2006, al término de la administración de Fox, fue 87.7; en 2012, al final del gobierno de Calderón, fue 152.3, y en 2015, a mitad del sexenio de Peña, alcanzó 191.2 por ciento. Esta tendencia debe, no sólo detenerse, sino revertirse.

La pregunta es si con los responsables por tales asuntos, integrantes del Poder Ejecutivo Federal, comenzando por los funcionarios de la Secretaría de Hacienda, y del Poder Legislativo Federal, quienes aprueban la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, están dadas las condiciones suficientes para que la tendencia, no sólo se frene, sino se invierta. Un CFI, en representación de la sociedad, ¿no resulta indispensable para lograr un manejo prudente de las finanzas gubernamentales? Si la respuesta es afirmativa, ¿qué opina el gobierno al respecto? Si está comprometido con la prudencia fiscal no debería oponer ninguna objeción. ¿Lo está? Continuará.