Rafael Márquez

 

Fue señalado como parte de un grupo criminal


Es uno de los mejores futbolistas que ha dado este país, y solamente comparable con Hugo Sánchez por sus logros en el extranjero. Ha igualado el récord deportivo de Antonio “La Tota” Carbajal como uno de los futbolistas que han acudido a cinco campeonatos mundiales, lo que habla de una disciplina férrea para mantenerse en las mismas condiciones 20 años después de su debut como futbolista profesional. Pero también es el principal indicativo de esa madurez que supo mantenerlo fuera de las tentaciones.

En su paso por el Barcelona fue considerado el mejor defensa central del mundo, lo que habla de su responsabilidad y profesionalismo, pero sobre todo, de la disciplina para guardar esos atributos físicos y seguir vigente en un deporte que todos los días exige preparación. Hasta ahora es el único futbolista con posibilidades reales de alcanzar la cifra de seis mundiales, algo que ni en sueños conciben los que se dedican al deporte de las patadas.

Rafael Márquez fue señalado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como parte de un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas y al lavado de dinero, al igual que el cantante chiapaneco Julión Álvarez. Fue la Oficina de Control de Bienes Extranjeros la dependencia que supuestamente detectó las irregularidades de ambos personajes y los vinculó a un narcotraficante de nombre Raúl Flores Hernández.

Para las autoridades estadounidenses tanto Rafa Márquez como Julión Álvarez forman parte de la red de complicidades que ha construido el señor Flores, que ha invertido el dinero de su actividad como narcotraficante en empresas, bares, restaurantes, un enorme casino en Guadalajara, y hasta un equipo de futbol, por lo que se ha pedido a la Procuraduría General de la República que congele los bienes de ambos personajes.

Me parece injusto el procedimiento porque Rafael Márquez es un símbolo aspiracional de millones de mexicanos que lo observan como un ejemplo a seguir. Congelar todos los bienes que ha adquirido a lo largo de su carrera futbolística, por cierto sin mancha alguna, me parece un exceso no tan sólo de parte del gobierno norteamericano, sino del mexicano, que por una simple petición sin la presentación de pruebas decidió allanarse a sus exigencias.

Ni a Rafael Márquez ni a Julión Álvarez se les ha comprobado nada, y en el derecho positivo mexicano que debiera estar por encima del sajón, por tratarse de hechos acaecidos en nuestro territorio, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Insisto, no existen pruebas, solamente la acusación directa de los norteamericanos, pero por desgracia el infierno apenas comienza si Estados Unidos persiste en mantenerla, aunque Raúl Flores haya declarado que ninguno de ellos estaban enterados de sus actividades delictivas. La pregunta que me hago es: ¿dónde queda la presunción de inocencia? Porque parece que con la incautación de bienes les urge declararlos culpables. Qué poca. Al tiempo.

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