El regreso del miedo

 

Muchas veces hemos sentido miedo, pero ahora como cultura milenaria


En el último siglo por una u otra razón los mexicanos hemos sentido miedo de nuestros vecinos del norte.

Recuerdo aquel 1978, año en el que visité por primera vez Tijuana y presencié un partido de futbol entre nuestros paisanos y los elementos de la patrulla fronteriza. Después del juego y de comerse juntos el taco, la despedida era con una frase: “ojalá no te atrapen”.

Y es que, todos sabíamos que los que acababan de jugar –unos con uniforme y otros vestidos de necesidad– se encontrarían en la frontera donde nuestros paisanos buscarían cruzar para seguir inyectándole vida a las venas de la economía estadounidense a un precio muy barato.

Muchas veces hemos sentido miedo, pero ahora como cultura milenaria ya es tarde para aprender el lenguaje del macho alfa que asegura que deben ser los líderes de las manadas. Sobre todo porque hemos evolucionado desde la convivencia con el mundo animal, hasta el orden de las sociedades que se ha gestado con el triunfo del hombre.

Pero ahora en los perímetros de las grandes ciudades estadounidenses no se puede vivir sin el estrés que provoca la posibilidad de ser detenido en cualquier semáforo y terminar al otro lado de la frontera.

Los mexicanos no podemos ser insensibles frente a esa situación y sólo dar los teléfonos para poner una musiquita de espera mientras te persigue la patrulla fronteriza para separarte de tus hijos. Y lo que tampoco se debe hacer como Gobierno es manejar un doble discurso y asegurar que salvaguardarás la vida de tus connacionales y al mismo tiempo limitar los recursos de los consulados.

Lo malo del miedo es que sufres antes de que suceda lo que temes. Lo malo del miedo es que crea sociedades acorraladas, donde de pronto es de noche y no hay ni lunas ni estrellas.

Lo malo del miedo es que empuja hacia la desesperación y crea un círculo contagioso donde lo único que importa es el miedo al miedo y el temor a que en cualquier instante la vida que tenían se acabe sin razón alguna.

Estados Unidos ha avanzado en la ilegalidad con 11 millones de indocumentados, un problema que como pasa con nuestras leyes hay que entender.

Pero lo que también hay que entender es que esos indocumentados forman parte de lo que le permite vivir de manera cómoda al imperio del norte.

México debería solicitar presencia activa en los operativos policiales. Aunque independientemente de eso no podemos ser ajenos al terror en el que viven los nuestros huyendo del trueno del rey del Twitter, quien no deja de amenazarlos porque ellos son los culpables de todo lo malo que le pasa a una sociedad que ya perdió su escala de valores y buscan desde el miedo, la violencia y la frustración seguir siendo los jefes de la manada.

Twitter @antonio_navalon