Sensibilidad priista

 

¿Quién recuperará al PRI en esos estados clave?


Uno de los elementos clave de esta elección será el comportamiento del voto duro del priismo.

Porque independientemente de lo que creen los dirigentes del partido, el priismo también siente. El priismo es en muchas ocasiones la síntesis de toda una vida dedicada a ese partido e inclusive ha sido la garantía de la estructura básica del país durante los últimos 80 años.

Cuando la “sana distancia” del entonces presidente Zedillo dio como consecuencia, entre otras cosas, la llegada a Los Pinos de alguien tan singular como Fox con la etiqueta PAN, el priismo siguió existiendo y seguía teniendo una estructura territorial que le permitía garantizar que no habría saltos en el vacío en lo que era la defensa de un modelo de país que muchas veces fue corrompido y hasta destruido por los propios priistas.

Sin embargo, ahora tenemos una situación que a pesar de no ser nueva sí hace más daño. Y es que, por una parte, el PRI ha sido desplazado de algunos de los principales puntos del territorio nacional. ¿A dónde fue el PRI de Veracruz? ¿A dónde fue el PRI de Nuevo León? ¿A dónde fue el PRI de Chihuahua? ¿Dónde está realmente el PRI del Estado de México? Por eso, la elección de no priistas para puestos clave como el de presidente o jefe de Gobierno de la Ciudad de México evidencia por un lado la crisis interna con la que vive el priismo y, por otro, la desconexión de los jerarcas priistas con el verdadero sentir del partido.

El Edomex que es el punto sin retorno de la felicidad que trae consigo el poder, dejó de manifiesto que el PRI perdió el estado a pesar de que su representante ganó la gubernatura.

Y ahora los que están en la sala de mando del PRI que no es libre, deben saber que será imposible ganar la elección sin tener estados en los que no sólo han perdido las gubernaturas, sino que sobre todo eso ha afectado su estructura territorial.

Pero además hay otro factor importante, porque los millones de votos del núcleo duro del priismo necesitan ser mantenidos desde un enfoque que ya no incluya la criminalización de ser priistas y eso es en el fondo lo que se ha jugado.

Y es que, por una parte, se saca pecho y aseguran que son invencibles, y por otra, cambian los estatutos para que alguien que no es priista –aunque en el fondo el candidato ciudadano Meade ha resultado más priista que el propio PRI–, sea presentado como su candidato a presidente.

¿Quién recuperará al PRI en esos estados clave? Es una pregunta fundamental de esta elección, y en cualquier caso quien corre con esa camiseta debe pensar de verdad, más allá de las capacidades de acarreo, cómo podrá ganar la Presidencia si ya no cuenta con esos estados.

@antonio_navalon