Siempre los otros

 

Nadie quiere gobernantes especialistas en resbalar consecuencias


Un requisito fundamental para ejercer gobierno es la capacidad de tomar decisiones y responder por ellas. Es un ingrediente de credibilidad.

Nadie quiere gobernantes especialistas en resbalar consecuencias y culpar a terceros. En la CDMX se responsabiliza a los demás de los errores propios. Siempre son los otros.

El caso más reciente es el de las inundaciones, cuyos efectos han colapsado a la ciudad.

Es clara la negligencia en muchas zonas urbanas para desazolvar coladeras.

Asociaciones de vecinos así lo han manifestado con nulos resultados. Ahora que la ciudad se colapsó, la culpa –como siempre– es de los ciudadanos cuyas malas costumbres de tirar basura en la calle y tapar las coladeras son la causa del desaguisado según el Gobierno. Por si fuera poco, la cabeza de la sociedad mercantil a cargo del Gobierno citadino señaló en ese tono doctoral que suele emplear cuando está acorralado la imperiosa urgencia de contar con 10 mil millones de pesos de dinero federal para poder solucionar el asunto, de otra manera, advirtió no hay alternativa posible. Siempre son los otros.

En cuanto al repunte de la delincuencia, la causa no es la ineficiencia policiaca ni la colusión de varios de sus miembros con el crimen organizado, sino la reforma penal, cuyos efectos de poner peligrosos delincuentes en las calles, aunque esto sea una mentira, es el origen del problema. Así lo determinó el pequeño estadista.

Esto último es mentira; la realidad es el descuido en la capacitación de ministerios públicos y algunos miembros del Poder Judicial en las nuevas reglas del juego. Es falso que la libertad de reos peligrosos sea automática, debe mediar un proceso, donde el papel ministerial es fundamental, para defender los derechos de la sociedad. No se hizo y ahora se responsabiliza a los demás. Siempre son los otros.