7:19; la pesadilla continúa

Hablar del peor desastre natural en la historia del país va más allá de dos minutos de horror en grados Richter.

Es el tributo a miles de vidas y familias mutiladas; es reconocer a autoridades inútiles, ineficientes; es la monstruosa revelación de históricas corruptelas entre propietarios, constructores y autoridades. En 1985 carecíamos de un Sistema Nacional de Protección Civil y un marco regulador federal de construcciones como el que hoy tenemos ¿Ese será el origen de la apatía social al mejoramiento de los planes de desalojo por sismo? No. Las políticas públicas en esta materia de nuevo están fallando y con todos los méritos alcanzados por los especialistas del Servicio Sismológico Nacional y Cenapred les seguimos debiendo.

Entre otras cosas, es escandalosa la carencia de instrumentos para medir sismos menores, que a la larga ayudaría a anticipar el comportamiento de placas y posibles sismos mayores, como advierte Xyoli Pérez, jefa del Servicio Sismológico Nacional, quien señala como focos rojos: el Golfo de México, el triángulo Durango- Chihuahua-Coahuila y todo el estado de Michoacán, donde sólo tenemos dos unidades. ¡Michoacán! En cuyas costas se desató la fuerza mortal de aquel 19 de septiembre. Nadie hasta ese jueves esperaba un sismo de 8.1 grados en esas costas. The Big One vendría de Guerrero, y lo seguimos esperando.

Es una deuda geológica que mientras más días pasan, más cerca estamos de pagar, insiste el doctor Carlos Valdés, director del Cenapred. Y porque el león no es komo lo pintan le pregunto ¿Usted ya cuenta con un plan de emergencia familiar? ¿Sabe qué hacer? ¿Qué documentos guardar? La pesadilla que comenzó a las 7:19 está lejos de terminar porque no hemos podido construir la nación que la sismicidad nos obliga a ser.

@MarioALeon