Tarde de groupie

 

La espera había valido la pena, Diego Luna les regaló un buen momento


Tengo más de 40 años y jamás había estado en una alfombra roja como fanática de alguna celebridad. Por ello, la semana pasada que fui al Festival Internacional de Morelia me di el permiso de esconder mi gafete de prensa para camuflajearme entre los fans que esperaban con emoción a Gael García, Diego Luna y Alfonso Cuarón, en lo que sería la función conmemorativa del décimo aniversario del estreno de Y tu mamá también, la película que lanzó a las nubes a los famosos y adorables charolastras.

Debo confesar que el experimento me costó unos cuantos empujones y rasguños pero ahí estuve, bien firme hasta adelante (alguna ventaja debía tener el estar tan baja de estatura).

De lo primero que me enteré es que los empleados de Cinépolis hacen gustosos las vallas humanas para evitar que la gente se vuelva loca cuando ve pasar a sus ídolos. Las personas que amablemente nos venden las palomitas, los refrescos y los dulces son las que se transforman en esta barrera de seguridad, muy amable, por cierto.

Recuerdo que me advirtió uno de ellos: “si cuando lleguen la empujo de antemano discúlpeme, es que la gente ahorita parece tranquila pero luego se transforma, pero usted parece muy decente” (ternuritaaaaaaa).

Lo segundo que supe es que los maestros de periodismo de algunas universidades de Morelia mandan a sus alumnos a las Alfombras Rojas como tarea (¡¿?!)… así como lo leen.

En fin, que lo divertido fue cuando los chicos comenzaron a contarme por qué iban a las alfombras rojas. Algunos decían que se tomaban fotos con las celebridades —y con las que aún no lo eran también— pues para presumir en sus redes sociales o para hacerlo en un futuro, cuando el desconocido o desconocida que pasara como parte del elenco, se volviera famoso (whatever that means).

El primero en llegar fue Marco Antonio Solís y allí sí que yo empecé a gozar. Y no porque sea fanática del señor Buki, sino porque las chicas —y los chicos también— comenzaron a gritarle ¡Yizus! ¡Yizus! ¡fírmame esta biblia! Y en serio, era como ver un meme caminante aquella escena.

No es un secreto que en redes sociales abundan los memes que hacen referencia al parecido físico del Buki con las imágenes que nos han enseñado a asociar con Jesucristo. Amé esa irreverencia de la audiencia.

Luego llegó Diego Luna, sin Gael y sin Alfonso, y ahí las chicas —y de nuevo, los chicos también— enloquecieron. Allí sí hubo empujones, pero algunos suertudos lograron su cometido: un autógrafo, una selfie, o simplemente una sonrisa.

Estuvimos de pie esperando casi dos horas… Diego estuvo menos de cinco minutos en ese paso por la Alfombra Roja. Fue muy amable pero cada fan cuando mucho habrá tenido 10 segundos de su atención. Pero una sonrisa, una mirada, un roce del ídolo hacía que todo valiera la pena para ellos y ellas. Se fueron contentos. La espera había valido la pena, Diego Luna les regaló un buen momento y el Buki, sin duda, un buen meme.