Tensiones y volatilidad

En el ambiente de las negociaciones hay optimismo de que ni el muro ni los aranceles al acero afectarán las negociaciones del TLC. Aun así México ya tiene un plan B ante una posible salida de Estados Unidos del acuerdo trinacional. Es más, recientemente el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, señaló que México y Canadá deben analizar la posibilidad de ver un TLC sin EU.

Con lo que se tiene entre los socios de América del Norte se estima que hay 70 por ciento de probabilidad de que no se cancele el acuerdo. Tras siete rondas, se disipa la posibilidad de que se cancele; sin embargo, las elecciones en ambas naciones son un componente de posible volatilidad.

En México hay optimismo, ya que la inversión extranjera directa demostró ser muy resistente después de la volatilidad que se observó durante 2017 y el primer semestre que corre.

Los periodos de volatilidad en los mercados financieros también generan oportunidades de financiamiento. Entre los factores que seguirán afectando a los mercados destacan el impacto de la reforma fiscal en Estados Unidos, la renegociación y el proceso electoral.

Como gobierno federal tenemos la responsabilidad de analizar todos los escenarios y se tiene tanto un plan B, como buscar un marco sólido para respaldar las negociaciones. A final de cuentas lo que se busca es modernizar el TLC y volver a insertarse en la economía global con más herramientas de desarrollo e impulso económico, según las autoridades, si por alguna razón Estados Unidos decidiera retirarse a pesar de todo lo que hemos platicado, México está trabajando en un programa muy ambicioso de diversificación comercial.

Estados Unidos lo que ha ganado en su contra es que sus políticas proteccionistas han abierto posibilidades de que naciones que se encontraban alejadas y no tenían un acuerdo comercial ahora lo tengan.

Es un juego de poderes económicos y comerciales importante para las relaciones internacionales.