Tercera ronda y el plan “B”

La tercera ronda de negociación está en puerta. No hay optimismo desbordante ya que se entra en una etapa en la que se comienza a perfilar lo que serán los siguientes encuentros si es que Donald Trump no decide que todo se debe cancelar.

En México hay señales que indican que se debe tomar con calma la negociación.

Recientemente, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero de México señaló que no pueden descartarse dificultades en la modernización del TLCAN, al actualizar su balance de riesgo para la economía y el sistema financiero del país.

El gobierno y las entidades federativas deben considerar un plan “B” en materia de inversión, para que estén preparados ante cualquier escenario que se derive de la negociación. Es decir sin un acuerdo tripartita se deberá planear en alianza con estados vecinos de la Unión Americana que den viabilidad al intercambio comercial.

Por el momento ya existen propuestas para apoyar el proceso de negociación, con el fin de analizar y establecer posiciones que contribuyan a generar más y mejores empleos, inversión y crecimiento económico en el país. México tiene varios sectores trabajando de manera paralela para tener opciones ante cualquier escenario.

La última intención del gobierno de EU de revisar cada lustro el TLC es una maniobra distractora ya que para México generaría incertidumbre entre los inversionistas. Además de estar adelantado en la agenda de la negociación es un punto que debe tener consenso.

A final de cuentas la intención de renegociar el TLCAN cada cinco años es un tema que todavía no está en la mesa de discusión y en caso de que se presente se analizaría, pero va en contrasentido de lo que es el comercio global en la actualidad.

En cualquier negociación se necesita un plan alternativo porque, de otra manera no se tendría ninguna capacidad de fortaleza en esa negociación, por ello es que la tercera ronda será clave en el avance de las pláticas con el vecino país.