Tiempos del TLC

 

Según los tiempos políticos y económicos, la octava ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) será clave


Según los tiempos políticos y económicos, la octava ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) será clave, y quizá precisamente en la que se defina el final de la renegociación.

Uno de los puntos donde los funcionarios de las tres naciones, en principio, buscarán un acuerdo ante las eventuales dificultades por el proceso electoral de julio en México; tal parece que Estados Unidos (EU) y Canadá buscarán efectuarlas entre octubre y noviembre. Ese es un nuevo factor que se sumó a la volatilidad de las negociaciones.

Ahora si que los procesos políticos pueden traslapar las negociaciones, y se corre el riesgo de que existan más intereses que contaminen el proceso negociador.

En este momento hay más factores, y no necesariamente calendario político debe marcar los ritmos. Eso es lo ideal.

Y es que en la próxima semana, cuando sea la Cumbre Empresarial de las Américas, resultará clave para enviar un mensaje de que México y EU van por buen camino, o de plano se está en la antesala de la ruptura en las negociaciones.

Según los especialistas, el TLC está en la recta final, ya que los equipos negociadores se instalaron en Washington para seguir con las discusiones técnicas, sobre todo en los temas donde no hay consenso entre los tres países; y en este caso no se lleva a la politización de la agenda ni se expone a los reflectores mediáticos.

De manera sorpresiva, tanto México como la Unión Americana ven una alta probabilidad de que se concrete la modernización del acuerdo comercial.

Canadá, EU y México celebraron la pasada semana, en Washington, un encuentro a nivel ministerial, después de que los tres países sostuvieron siete rondas formales de negociaciones para modernizar el acuerdo en vigor desde 1994. Y será antes de las elecciones de julio en México que se tenga un resultado definitivo.

Por el momento, la llamada Autoridad de Promoción Comercial (TPA), conocida como Vía Rápida (Fast Track), permite al ejecutivo estadounidense negociar acuerdos comerciales que después sólo pueden ser objeto de un voto afirmativo o negativo en el Congreso, pero sin enmiendas.

La TPA actual expira el primero de julio, pero la administración Trump pidió una extensión de tres años al Congreso en marzo.